Hablé, antes mismo, de la apuesta personal de Llanos. Eso es lo que parece, al menos. No da la impresión de que el partido le arrope en su programa (aunque tampoco lo desautorice). En ese programa, individual e intransferible, junto a propuestas concretas relacionadas con el futuro del municipio que aspira a gobernar, hay puntos que difícilmente puede –o debe- encarar un alcalde. La defensa, por ejemplo, de los valores cristianos de la familia tradicional, lo cual demuestra que don Ángel es angelical y que va con sus convicciones por delante, sin pararse en barras, en cálculos del mercado de votos o en imposiciones derivadas de la nueva realidad social: si los nuevos santacruceros de distintas procedencias religiosas con derecho a voto viven en familias donde los valores cristianos suenan hasta raros, que no le voten. Ellos se lo pierden. A Llanos le pasan, no obstante, como a cualquier héroe atípico, cosas verdaderamente estrambóticas. Como, un suponer, que le roben el espacio. Lo declaraba, el otro día, muy compungido y tal, en una entrevista periodística. Y ustedes dirán que tampoco es tan extraño. A más de uno nos han robado el espacio urbano, le han hurtado el espacio paisajístico cotidiano o le han birlado descaradamente algún espacio protegido. Pero, a Ángel Llanos lo que le han robado es el espacio político. En vez de ir a denunciarlo a la comisaría de su distrito –oigan, que me han robado el espacio político-, lo ha denunciado en un rotativo, y así la gente se ha enterado de que el candidato popular tenía un espacio propio. Antes. Ahora lo tiene ATI. - ATI me ha robado el espacio político –se ha quejado. El lector y el elector se quedan como un poco confusos. Y al elector y al lector les encantaría que don Ángel se lo picase menudito para ver si digieren mejor la cosa. O sea, ¿qué usted es un insularista del PP?... O, en fin, ¿ATI es el PP disfrazado de nacionalero?... ¿A usted lo que le gustaría sería ser Zerolo si no existiese Zerolo?... Es que lo del espacio robado no se entiende muy bien, oiga. Y que, si se entiende, pues me temo que peor me lo pone, pero que, en fin, usted siga en su empeño y ni se moleste en explicarse, que, por lo menos, va a ser el perdedor que más dinero e ideas disparatadas se ha gastado jamás en una campaña local. No entrará usted en el despacho de la presidencia municipal de la Casa de los Dragos como vencedor de las elecciones, pero puede entrar en el libro Guinnes, que, bien mirado, tampoco es mal consuelo. José H. Chela