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El fantástico que vino del frío (II)

Eduardo Serradilla Sanchis / Eduardo Serradilla Sanchis

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La historia es un sentido homenaje a los héroes de la era “pulp” ?representados por el explorador Sir Void- los cuales deben adaptarse a las nuevas técnicas y a los nuevos gustos de los espectadores. Lindström realiza un trabajo de animación sobresaliente, siguiendo las enseñanzas del maestro Ray Harryhausen, pero sin olvidar cierta dosis de denuncia de nuestra sociedad contemporánea.

Además, Lindström con su Curse of the Remote Island le ganó la partida a nombres tan respetables como Lars Von Trier, director del corto Occupations, cargado de un humor muy negro, pero tremendamente oportuno.

Fuera de la sección en la que se presentaban las películas a concurso para el Méliès de plata, hubo varias producciones que también tocaron, de una manera u otra, el género fantástico.

De todas, la más sorprendente de todas fue la belga/holandesa Ben X, del actor, escritor, presentador y ahora director, Nic Balthazar.

Ben X aborda el siempre escabroso tema del autismo, rodeándolo del mundo imaginario de los juegos de fantasía heroica que se juegan en la red. El protagonista, Ben, es un adolescente cuya única salida para poder sobrevivir en un mundo dominado por supuestas “personas normales”, reside en el personaje que lo representa en un mundo virtual de fantasía y aventuras épicas.

La simbiosis entre su vida real y su alter ego virtual es tal que vemos que toma sus decisiones de la misma forma que si se estuviera dentro del ciberespacio. Su antagonista en el mundo virtual, una fémina, es el único contacto con el mundo exterior que le reporta una cierta seguridad, frente a la ignorancia y cierta dosis de sadismo de sus compañeros de instituto.

Al final, Ben llegará a la conclusión de que lo que le separa del resto de las personas es aquello que le ayudará a encontrar su lugar en el mundo.

Greg Timmermans, el actor que encarna al joven Ben, acudió a Espoo Ciné para contarnos que la historia bebía de en un caso real, el cual conmocionó a la sociedad de los Países Bajos, lo que demuestra que la realidad casi siempre supera a la ficción.

Far North, la cual formaba parte junto con Ben X de Espoo Ciné Selection, nos acerca a las dramáticas consecuencias que acarrea un prolongado aislamiento. La protagonista de esta historia, interpretada por la actriz Michelle Yeoh, sufrirá los efectos que padecen las personas que viven en los helados parajes del círculo Polar Ártico.

Yeoh da vida a una madre que vive con su hija, alejadas, ambas del contacto con la civilización. La llegada de un extraño trastornará su rutinaria vida y devolverá a la mente de la mujer recuerdos que llevaban largo tiempo escondidos. El resultado final de todo será un lento, pero inexorable camino hacia la locura con unas consecuencias del todo imprevisibles.

En la misma sección también se presentó como viene siendo habitual el último estreno de la factoría Pixar y/o Disney. Este año y siguiendo la tónica del festival le tocó el turno a Wall-E, película que, como muy bien definió uno de los organizadores del encuentro, se podría subtitular con la frase Cuando Pixar se encontró con Stanley Kubrick.

Wall-E es una película sensacional, tanto por su guión como por su animación, y demuestra que Pixar es, con permiso de algunos estudios de animación japonesa, una compañía de referencia cuando se habla de dicho apartado. Además, Wall-E deja muy a las claras que la animación ya no es algo exclusivamente para niños, afirmación que parece no acabar de calar entre el público español, gran parte del cual sigue asociando el mundo de la animación con el de los más pequeños de la casa.

Y hablando de los más pequeños, para rematar la jugada, incluso la sección que el festival dedicaba a éstos, For children & the young, contó con películas del género fantástico. En esta ocasión se trató de la alemana Mondscheinkinder (Children of the Moon) y la noruega Titanic ti liv (The ten lives of Titanic Cat).

La película alemana recurre, como en el caso de Ben X, a la fantasía para poder sobrellevar la dura realidad de los protagonistas. En esta ocasión, la aventura espacial ?y animada- que viven los dos hermanos que aparecen en la cinta de la directora Manuela Stacke, es la válvula de escape para hacer frente al cáncer que vive el pequeño de la familia. El sueño de Paul es llegar a ser astronauta, pero la enfermedad que sufre, la cual le impide salir a la luz del sol, sólo le permite vivir sus sueños en la soledad de la su habitación. Lisa, su hermana mayor y única amiga, se convertirá en su punto de apoyo para lograr que parte de aquel sueño se torne realidad.

The ten lives of Titanic Cat

se desarrolla en lo que debía ser un tranquilo viaje por mar para la protagonista de la historia, la joven Liv, coincidiendo con su doce cumpleaños. Lo que no estaba en los planes es que, nada más embarcar, comienzan una sucesión de extraños acontecimientos que convertirán la travesía en una excitante aventura.

La película, de la directora noruega Grethe Boe, bebe de todo tipo de fuentes, cogiendo elementos de la literatura y el cine de terror clásico ?gato negro incluido- y los pone al servicio de una narración para todos los públicos.

Lo mejor es que sus personajes son niños reales, con las mismas motivaciones que cualquier infante de su edad, sin importar el lugar de dónde precedan.

Para que no faltara de nada, el festival añadió a sus secciones habituales una más, llamada Midnight Madness, en la que se proyectaron películas, tales como Diary of the Dead, de George A. Romero, y A l´intérieur, que pudimos disfrutar durante el pasado festival de cine de Sitges.

El resto del festival contó con sus secciones habituales, además de las ya mencionadas, tales como Beloved Neighbours, Pink Zone, El mundo español, Documentaries, Aftershocks, y tres secciones dedicadas al cine finlandés.

Estas tres secciones recibieron los nombres de Espoo 550 ?celebrada por el 550 aniversario de la ciudad de Espoo-; Finish Gem, y Aku Louhimies, en la que se nos ofreció una retrospectiva dedicada al mencionado director, cuya última película, Käsky (Tears for April), se presentaba en el encuentro.

Entre tanto estreno se echó de menos poder ver Sauna, la segunda y esperada película de A. J. Annila, tras su más que aclamada Jadesoturi (Jade Warrior). Sauna no se pudo ver en Espoo Ciné 2008 por un compromiso previo con otro encuentro cinematográfico, pero aún así su inquietante cartel adornaba buena parte de las paredes del Centro Cultural de Tapiola, logrando captar el interés de buena parte de los aficionados al género.

En pocas palabras, si hay una que defina muy bien Espoo Ciné 2008 bien pudiera ser el adjetivo fantástico y no sólo por la cantidad de películas de género que, durante los seis días que duró el encuentro, se pudieron ver en el Centro Cultural de Tapiola y en el cine Andorra.

Eduardo Serradilla Sanchis

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