¿Galgos o podencos?

Una incertidumbre, añadiría yo, que alienta el Gobierno que nada ha dicho de lo bien parados que salimos de la reunión europea de Lisboa. Dicen los conocedores que Lisboa deja a Canarias en buenas condiciones ante posibles temporales, cosa que jamás admitirá el paulinato, no vaya a apuntarse Zapatero el tanto y se cabree Rajoy y su necesidad urgente de catástrofes .

El asunto es en qué quedamos. Lo cierto es que se está debilitando la demanda y se teme que las familias canarias reduzcan el consumo, fenómenos en los que inciden los malos augurios del Gobierno paulinés.

Hablan los directores de las dos cámaras de la necesidad de modificar el modelo canario y no les diría yo que no. Pero ocurre que se lo dice a un Gobierno políticamente incapacitado para acometer semejante reforma. Y no sólo políticamente. Como botón de muestra, el nombramiento de Rita Martín en la consejería de Turismo. No dudo que esté cualificada en un montón de cosas, pero no da el perfil preciso para ponerse al frente de la principal industria canaria. Su nombramiento ha sido una temeridad. Poco cabe esperar, en fin, cuando prevalece el sistema de cuotas en el reparto del poder sobre la aspiración a un buen gobierno.

Lo del Turismo clama al cielo. El concepto de su potenciación no pasa de asistir a ferias e invitar a copas. Se descuida la formación del personal (Hecansa cayó víctima del sectarismo ático) y no hay institutos especializados de verdad que hagan un seguimiento sobre el que descanse una política turística profesionalizada. Como los hay en Baleares, por ejemplo.

Un hombre nada extremista como José Miguel Pérez, presidente del Cabildo, acusó al Gobierno paulinés de torpedear la reconversión turística del Sur grancanario. Obstruye hasta proyectos como la regeneración del palmeral de Maspalomas. Los mayores obstáculos, dice Pérez, se los ponen los paulineses auxiliados por Soria. ¿Se nos habrá vuelto ultragrancanarista como cuantos osamos denunciar los manejos áticos? Pues que obre en consecuencia.