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El gen
Hay personas que viven por y para el riesgo, ya sea una persona que disfruta realizando escalada libre como aquella otra que destina sus ahorros a comprar criptomonedas. De hecho, en ambos casos, puedes acabar con tu vida, aunque respires o no. Porque no se trata de juzgar a la gente con sus aficiones y aventuras, sino de reflejar que las rentabilidades, tanto emocionales como económicas, siempre van a aparejadas al riesgo que se asume, sabiendo que, si ganas, ganas mucho, pero si pierdes, también.
En el ámbito de las empresas, la cosa es similar, asumiendo que el fracaso forma parte del aprendizaje porque es una faceta inherente al mundo del emprendimiento donde, si bien puede parecer intimidante, es un elemento esencial que impulsa la innovación, el crecimiento y la evolución. De hecho, uno de los mayores beneficios de asumir riesgos calculados en los negocios es la capacidad de crecer. El emprendimiento tiene fortalezas ya que aparecen oportunidades pioneras en la creación de soluciones novedosas para problemas existentes. También ofrece flexibilidad y agilidad, lo que permite adaptarse rápidamente a las cambiantes condiciones del mercado y a las demandas de los clientes. Por esa razón, la creatividad, la novedad y la visión de diferentes puntos de vista pueden ser una ventaja en la construcción y promoción de una idea empresarial. Por otro lado, existen oportunidades para el emprendimiento como es el que ofrece el avance tecnológico, que brinda oportunidades sin precedentes, con tecnologías emergentes abriendo nuevas posibilidades.
No obstante, no es oro todo lo que reluce, asumiendo que la época del crecepelo mágico ya pasó. Las debilidades del emprendimiento a menudo incluyen la falta de recursos financieros. Iniciar y hacer crecer un negocio requiere capital, y obtener inversiones iniciales puede ser un desafío. Ahora bien, por mucho dinero que se tenga, si la idea no es buena, no llegará a nada. De ahí que la incertidumbre es otra debilidad clave como la que afecta a la demanda del mercado, la competencia y la viabilidad financiera y social del negocio que, junto a la falta de experiencia, aparecen errores que nos dejan sin capital, pero con muchas deudas. Por esa razón, hay que tener en cuenta las amenazas existentes más allá, incluso, de la competencia, que tienen una cuota de mercado consolidada sabiendo que un valor en alza es la creciente conciencia ambiental, que ha impulsado la demanda de productos y servicios sostenibles, creando oportunidades que aborden estas preocupaciones. Además, el acceso a la educación y a recursos en línea ha facilitado la entrada de emprendimientos, brindándoles acceso a conocimientos y capital donde los mercados emergentes también ofrecen oportunidades de crecimiento significativas, lo que hace que la expansión internacional sea una estrategia viable para muchas empresas.
Pero, si algo hay que valorar para evitar la mortalidad del emprendimiento es una planificación sólida, definiendo claramente la propuesta de valor, identificando los riesgos potenciales que podrían surgir. La finalidad es ser flexible y adaptable para cambiar de enfoque en la estrategia si es necesario sabiendo que alguien, en alguna parte del mundo, ha hecho algo parecido, por lo que es necesario construir una red de apoyo de aprendizaje constante. Así que, para establecer una idea de negocio, tal vez hay que comenzar por cuestionarnos qué necesita nuestro entorno. Esa puede ser la primera de las preguntas siendo la respuesta tu idea.
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