Espacio de opinión de Canarias Ahora
El gol del extremo derecho
A Feijóo se le ve muy altanero y engreído tras el cara a cara con Sánchez del lunes pasado. Antes del debate el presidente del Gobierno de España, sabiendo que iba detrás en las encuestas, parecía que iba a salir al ataque pero finalmente fue el aldeano gallego el que tomó la iniciativa, asesorado por uno de los periodistas políticos más sucios de España: Miguel Ángel Rodríguez, antiguo portavoz del primer gobierno de Aznar y actual jefe de Gabinete de Ayuso.
A priori parecía que la telegenia de Sánchez se iba a imponer a un sexagenario de cara triste que lleva más de la mitad de su vida metido de lleno en la vida pública y trece años de presidente de la Xunta de Galicia. Sánchez estuvo más tenso y envarado en el cara a cara mientras que a Feijóo se le vio más relajado y ofensivo.
Aunque los dos contendientes soltaron algunos datos imprecisos o falsos, el ganador en grandes mentiras fue sin lugar a dudas el gallego. Lástima que en estos programas no haya nadie dedicado a constatar y contrastar los datos y las falsedades de forma instantánea y simultánea.
Dice muy poco de una democracia plena que unas elecciones tengan que dirimirse en televisión como si fuese un espectáculo teatral y justo por ello dramático. En la televisión triunfan los concursos y los reality shows, justo lo contrario que debería ser la buena política y la función pública. La mayoría cree que ganó Feijóo solo porque aparentó más aplomo y menos nerviosismo. En realidad es lógico si tenemos en cuenta que casi todas las encuestas lo dan como ganador desde el 28 de mayo.
El líder de la oposición tiene mucho más tiempo para preparar un debate que el presidente del Gobierno, con una agenda nacional e internacional mucho más apretada. Sánchez iba a contrarreloj mientras que Feijóo parecía navegar plácidamente en el yate de su amigo Marcial Dorado, el famoso narcotraficante gallego.
De todas formas, tras la euforia inicial de Feijóo, el presidente del PP no parece tenerlas todas consigo porque prácticamente ninguna encuesta le augura a su partido mayoría absoluta. En el hipotético caso de que Feijóo presidiera el próximo Gobierno de España, el PP tendría que pactar con Vox, como ya lo ha hecho en varias comunidades autónomas y en capitales de provincia.
Feijóo, antiguo responsable de Correos, insinuó ayer que el voto postal estaba siendo manipulado por el Gobierno, una acusación muy grave que no acompañó con ninguna prueba. Poner la venda antes de la herida demuestra que no las tiene todas consigo. Se huele nerviosismo, el mismo que a muchos tenistas les impide ganar el partido aunque sean claros favoritos.
El líder de la oposición emplea frecuentemente hasta la extenuación el término sanchismo para descalificar al socialista Pedro Sánchez y a sus acólitos. Feijóo debería recordar que el primero que utilizó la palabra sanchismo para herir a Pedro Sánchez fue Albert Rivera poco antes de llevar al naufragio a Ciudadanos. Seguidamente tomó el relevo Pablo Casado y usó de nuevo de manera pesada y reiterativa el término. Poco después el presidente del PP de entonces fue defenestrado por su propio partido. Sánchez en cambio es un superviviente capaz de renacer de sus cenizas como el ave fénix. Ya lo demostró cuando lo echaron de su partido y volvió en olor y loor de multitudes tras enfrentarse en solitario a todo el aparato.
La actual portavoz parlamentaria del PP, Cuca Gamarra, ocupaba el mismo cargo con Casado. Anoche en el debate a siete de Televisión Española volvió a repetir el mantra de su jefe de que debería gobernar la lista más votada. Es evidente que si insisten tanto es porque saben que no van a conseguir la mayoría absoluta y tendrán que pactar con la ultraderecha para lograr la poltrona del poder. Por eso la listilla Gamarra repite eso de la lista más votada.
En el mismo debate a siete de anoche, el portavoz parlamentario socialista, Patxi López, estuvo más diligente y cuco que Sánchez con Feijóo cuando le recordó a Cuca que el PSOE había ganado por goleada al PP en Canarias, siendo la primera fuerza más votada, mientras que el PP fue la tercera, pero así y todo los populares pactaron con Coalición Canaria para sentarse en el gobierno y mandar a la oposición a los socialistas.
Canarias ha pasado de tener un gobierno social comunista nacionalista a otro de derecha nacionalista socialista gomero e insularista herreño. Toma del frasco, Carrasco. Más que un gobierno regional parece uno provincial o incluso insular, muy desequilibrado en detrimento de Las Palmas y de Gran Canaria.
Y un último apunte. Muchos españoles se han estado mofando del CIS de Tezanos durante esta legislatura por la cantidad de desaciertos y errores que ha cometido en muchas de sus prospecciones demoscópicas. De todas formas, no está de más recordar que la única empresa encuestadora que clavó los resultados de las últimas elecciones generales de 2019 fue el CIS de Tezanos. Quizá por eso el PP sigue embarrando el campo como hizo Feijóo en el cara a cara televisado. A unos les interesa jugar sucio y en río revuelto mientras que otros prefieren el juego limpio.
El PP saldrá como favorito en el partido final pero Feijóo va a estar acojonado y acongojado hasta el último minuto de la prórroga. Alguien tendrá que decirle que se vaya preparando para los penaltis porque su extremo derecho presionará para ser el héroe del partido.
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