Una huelga justa y necesaria

El gran capital financiero ha aprovechado la crisis que comenzó en Estados Unidos en 2008 con la caída del banco Lehman Brothers, el cuarto de inversiones financieras de EEUU, y que arrastró luego a numerosas entidades en Wall Street, expansionando la gran crisis a Europa y a España. El Gobierno de Rodríguez Zapatero habla de “los mercados”, pero no explican muy bien que “los mercados” es el sistema capitalista que ha entrado en una profunda crisis mundial. Hoy más que nunca es importante que la huelga sea un éxito, porque si se termina por desarmar a los trabajadores, nuestros hijos y nietos pueden quedar sin derechos laborales en el futuro. Nunca una huelga general fue tan cuestionada, y nunca hubo tantos motivos para hacerla. Quienes entre los jóvenes dicen que no irán a la huelga porque no están dispuestos a perder un día de salario, están comprando pan para hoy que se convertirá en hambre mañana. La reforma laboral que ha puesto el gobierno de Rodríguez Zapatero abarata y subvenciona el despido, reduce los casos en que puede ser declarado nulo, permite a las empresas desvincularse de los convenios colectivos, y amplia el papel de las mismas en los trabajos temporales.

Para obtener 15.000 millones de euros en dos años el Gobierno recortó los salarios de casi tres millones de empleados públicos, congeló los ingresos de más de cinco millones de pensionistas, suprimió la ayuda por nacimiento a medio millón de personas, recortó las ayudas a la dependencia, entre otros grandes tijeretazos en los gastos sociales. El Gobierno de Zapatero que ha venido anunciando mayor presión fiscal para los que más tienen, al final no se ha atrevido, sólo ha aplicado unas cifras ridículas, y no ha tocado el Impuesto sobre el Patrimonio. He estado en estos últimos días sumido en una frustración, mezcla de cabreo y decepción por lo que está haciendo presumiblemente un gobierno socialista, pero me da la impresión que el presidente del gobierno ha tirado por el camino socioliberal que firmarían ahora mismo Miguel Boyer y Carlos Solchaga, y ha metido a la socialdemocracia en el arcón de los recuerdos en La Moncloa. Craso error que creo puede ser un boomerang negativo en el futuro. Lo peor de todo es que Mariano Rajoy todavía sería mucho más implacable con los trabajadores. Pero no me agrada que Rodríguez Zapatero le está haciendo el trabajo sucio al Partido Popular, ni que se deje mangonear por “los mercados”.