Impresentable Barragán

Pero lo de José Miguel Barragán es demasiado. Ha solicitado en nombre de CC una comisión de investigación sobre los casos de desaparición de menores y asegura que no le mueve ninguno en concreto sino la preocupación pública por estos hechos y su deseo de devolverle la tranquilidad a la población.

No entraré en que las comisiones parlamentarias han demostrado no servir para nada para no distraerme y decirles por lo derecho que no sé si llamar cinismo o desvergüenza este descarado intento de utilizar el dolor de las familias afectadas, que compartimos, con fines políticos.

Dice, Barragán, que no intenta apoyar la necesidad de crear la dichosa guanchancha, que según él se defiende sola. Tampoco pretende, dice, exigir responsabilidades políticas por los casos no resueltos ni cuestionar, qué va, las investigaciones en marcha. Sólo quiere que se den menos casos de este tipo y que se resuelvan lo antes posible, lo que queremos todos, aunque no creamos que produzca tal efecto una comisión de investigación parlamentaria.

Barragán no es nuevo en la plaza y ha largado tanto acerca de las actuaciones policiales y judiciales que tocan de cerca a sujetos de su organización que es lícito dudar de la limpieza de sus intenciones. O sea: trata de poner en tela de juicio la capacidad investigadora de la Policía y la rectitud de los jueces para que por extrapolación piense la gente que se ocupan más de perseguir corruptos (ayer le tocó a Santa Brígida) para dañar a CC-PP que a la desaparición de menores. Piensa que revolviendo en el dolor ajeno y jugando con la alarma de la población obtendrá un plus electoral cuando sólo pone de manifiesto un grado notable de embrutecimiento humano y político.

Esta iniciativa de CC, que según Barragán apoyará el PP, es de una brutalidad difícil de adjetivar. No es bueno escribir a impulsos de la indignación, de modo que me limito a dejar constancia de la última barbaridad de uno de los referentes significados de la degradación política canaria.