Una manifestación triste

Triste porque todos habíamos empezado a acostumbrarnos a que solo nos deberíamos manifestar cuando nuestros equipos de fútbol ganasen algún título o alguna copichuela. Es lo que ocurre en las sociedades civilizadas, sociedades que no tienen a “su servicio” una vanguardia iluminada que se arroga una representación que nadie les ha dado y matan y extorsionan en función de sus delirios totalitarios.Triste porque dos ecuatorianos, sin comerlo ni beberlo, murieron descuartizados por estar en el sitio inadecuado en el momento peor para sus vidas.Triste, porque no estábamos todos los que se esperaba estuvieran. Faltó mucho funcionario, mucho bancario, mucha gente normal y no porque no estuvieran de acuerdo con el lema, sino por mera indiferencia, ese carcoma que corroe a las sociedades democráticas. La comodidad. Eso no va conmigo.Triste porque seguimos estando ante una Batasuna sin valores morales, lo digo y lo repito, porque una organización que se precie y que no sea capaz de condenar un atentado ni tener el cuajo ético de pedirle a ETA, de exigirle a ETA el fin de la violencia, sinceramente no hay derecho y es una organización enferma. Sinceramente no es comprensible. Sinceramente, gente así pierde autoridad moral para quejarse de otras violencias, que las hay y las denunciamos. Con su silencio, pierden toda su autoridad moral.Triste porque tenemos una sociedad en la que el PP sigue usando el argumento de la violencia para ganar votos, meter miedo y culpar a los demás de sus fracasos. Triste, porque marchando por Bilbao estábamos viviendo una ceremonia “deja vu”.Un plato recocinado, un plato frío y ritual, sin entusiasmo. Hartos.Triste, porque creímos de verdad que Zapatero tenía más atado un proceso y vemos que ahora todo esta suelto y ETA va a volver a atentar y todos a vivir este infierno del terror y la manipulación del terror.Triste porque los de siempre habían quemado ese día una Casa del Pueblo, una sede social y rotos los cristales del Batzoki de Algorta con bates de béisbol. El mismo batzoki de Algorta, una construcción incautada por el franquismo, ahora destruida por lo salvadores de la Patria.Triste. Muy triste. Todo muy de invierno, de día de rebajas, de una sociedad lánguida que sigue pensando que los que no fueron a la manifestación porque no están dispuestos a pedirle a ETA que desaparezca, van a cambiar de un día para otro, sin interiorizar previamente que en una sociedad democrática tiene que prevalecer la ética y la moral, por encima de cualquier otra consideración.Todo triste, muy triste.Y muy cabreante.

Iñaki Anasagasti