Mayor Oreja Sociedad Anónima (o limitada a su familia)

Según cuenta Plutarco en sus Vidas paralelas, un patricio romano llamado Publio Clodio Pulcro, dueño de una gran fortuna y dotado de una gran elocuencia, estaba enamorado de Pompeya, la mujer de Julio César. Tal era su enamoramiento, que en cierta oportunidad, durante la fiesta de la Buena Diosa, una celebración a la que sólo podían asistir mujeres, el patricio entró en casa del César disfrazado de ejecutante de lira, pero fue descubierto, apresado, juzgado y condenado por la doble acusación de engaño y sacrilegio. Como consecuencia de ello, César reprobó a Pompeya, a pesar de estar seguro que no había cometido ningún hecho indecoroso y que no le había sido infiel, pero afirmando que no le agradaba el hecho de que su mujer fuera sospechosa de infedelidad, porque no basta que la mujer del César sea honesta, también tiene que parecerlo. La expresión con el tiempo se hizo popular para todos aquellos “sospechosos” que incluso sin haber cometido ninguna ilicitud, hubieran dudas respecto a su inocencia. Esto es lo que ocurre con la familia Mayor Oreja Sociedad Anónima (o limitada al clan familiar), y estas dudas le han puesto a los pies de los caballos, especialmente en el País Vasco.

Como algunos fanáticos peperos me han escrito, incluso con tonos amenazantes, insultantes, y tachándome poco menos que de inventor de las resoluciones de la Audiencia Provincial de Alava, del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, y del Tribunal Supremo de España, les recuerdo algunos datos que no tienen ningún tipo de discusión, ni siquiera barriobajera. Sus negocios familiares con la seguridad privada son multimillonarios, con empresas importantes de escoltas en el País Vasco. Mayor Oreja redujo en su etapa de ministro las plantillas de la Policía Nacional y la Guardia Civil, mientras la seguridad privada subió como la espuma. Este sátrapa de la política se quedó tan pancho cuando declaró al diario La Voz de Galicia que en la dictadura de Franco se vivía con mucha placidez, y que se negaba a condenar el franquismo.

La querella de la familia Mayor Oreja contra Xabier Arzallus nació en el transcurso de un debate sobre la conveniencia de ampliar los efectivos de la Policía Autónoma Vasca. El ex presidente del PNV Xabier Arzallus afirmó que “no quiero pensar que Rajoy esté anunciando un principio de privatización de la policía para acudir a las compañías privadas, en las que, por cierto, la familia Mayor Oreja tiene amplios intereses”. Mariano Rajoy, Jaime Mayor Oreja y sus hermanos José y Carlos demandaron al político vasco por la vulneración de su Derecho al honor. Primero fallaron en contra de la querella pepera los tribunales vascos, y en la resolución final, los magistrados de la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo aseguran que con las palabras de Arzallus “no se ha producido una lesión o intromisión ilegal al derecho al honor de los demandantes”.

La resolución señala que, a la hora de entrar a valorar el recurso, los magistrados comprobaron que Arzallus no faltó a la verdad, por lo que sus palabras no pueden ser entendidas como una vulneración del derecho al honor y sí como una manifestación amparada por el derecho a la libertad de expresión.

“Se considera probado que los demandantes, miembros de la familia Mayor Oreja, habían pertenecido como apoderados, administradores o accionistas, a diversas compañías de seguridad privada, entre ellas a EULEN S.A., y que en el momento de presentarse la demanda aun seguían ostentando cargos en las mismas u otras empresas”, indica la sentencia del máximo organismo judicial español, y sin posibilidad de recurso alguno.

Los fanáticos peperos son capaces de poner en tela de juicio hasta las sentencias de los tribunales, cuando no les gusta, si les gusta los jueces son estupendos, en caso contrario están dominados por Zapatero, y dos piedras de Lanzarote. Parece mentira que gente de orden y de derechas de toda la vida, se rebelen contra la justicia. Pero en muchos casos los únicos tribunales que añoran son el Tribunal de Orden Público (TOP), tan tristemente célebre en la etapa del “ancien regimen”. Como ven estoy tan moderado en el ferragosto, -mucho más que Lola de Cospedal y Pepe Manué Soria-, que no le llamo la dictadura fascista y asesina del General Franco, en plan fino la denomino el antiguo régimen. No se acostumbren.

Posdata: Me he partido de la risa cuando leo que Pepe Manué declara que Zapatero le debe de pedir disculpas por permitir que los socialistas canarios pidiesen la dimisión de Paulino Rivero por el caso de la sobrina. Mi risa se convirtió en carcajada que se oia en toda Las Canteras cuando leo que Paulino Rivero declaró que el asunto/trasunto de la sobrina es una cuestión doméstica. No creo que se refiriera que su sobrina iba a ir de empleada doméstica a casa del alcalde de Arona. La verdad que presidente y vicepresidente de Canarias han entrado hace mucho tiempo en el terreno del cachondeo.