Muchos somos memoria silenciada

Del mismo modo, y tras las últimas investigaciones de periodistas canarios, Canarias también esta envuelta en esta turbia red mafiosa; saliendo al paso protagonistas que dicen haber sufrido todo tipo de acoso y maltratos físicos mientras estuvieron internados/as en instituciones regidas por grupos de religiosa/os. Sin duda, estamos recuperando una parte de la memoria silenciada del franquismo, pero también un pedacito de la transición democrática de la España contemporánea. Ahora, le toca participar al Fiscal General del Estado; indagar ante las pruebas de 261 caso de adopciones irregulares que parte de la década de los cincuenta y llegan hasta los ochenta.

Todas guerras civiles o mundiales, regentadas por dictaduras corruptas, son propicias a las corrientes de sumideros fáciles, para convertirse en pasadizos fangosos de todo tipo de tráficos de mafias. El dinero, junto con los poderes fácticos, siempre han sido verdaderas tentaciones para caer el la corrupción, pero para ello también existe algo que se llama Ley y Justicia, aunque no se exactamente que papel representaría la Ley o la Justicia en la época de Francos, especialmente basándome en las pruebas de corrupciones de las adopciones irregulares o ilegales de menores que últimamente han ido apareciendo en todos los medios de comunicación de España y Canarias. Insisto, hay que seguir investigando y denunciando.

No obstante, hay que confirmar la veracidad de muchas personas que dicen haber sido víctimas de la violencia por parte de monjas y curas en orfanatos de las distintas comunidades autónomas de España. El poder religioso se muestra cauteloso; el político, reservado, la Justicia, esperando pruebas y las personas afectadas, siguen investigando. En definitiva, muchos somos memoria silenciada del poder franquista.

Rafael Lutzardo