Ni contigo ni sin ti
Los portavoces de la derecha española han vuelto a utilizar a las víctimas del terrorismo en el debate del estado de la nación. Aprovechando que se conmemoraba el 25 aniversario de la bárbara ejecución de Miguel Ángel Blanco, los voceros conservadores han introducido con calzador en el debate el terrorismo de una banda que ya no existe desde hace 11 años.
La derecha española parece tener un feeling despreciable con la utilización de la muerte. Como si la izquierda fuera indolente ante estas atrocidades y no las condenara también. Cierta derecha se cree con la exclusividad de la indignación como si fuese un patrimonio único que no puede compartir con nadie más.
Cada vez que pueden, el PP y sus adláteres colocan a los difuntos sobre la mesa como si fuesen un arma de negociación. Lo ha hecho siempre con ETA y también lo hizo con los muertos del mayor atentado terrorista en España perpetrado por islamistas fundamentalistas y con los fallecidos en la pandemia por coronavirus.
En el homenaje a Miguel Ángel Blanco en Ermua no asistieron Vox, Bildu y el expresidente Aznar, que se mostró muy crítico con el Gobierno de España, censurando sus acuerdos con el partido que representa a los abertzales vascos. No sé si Aznar padece de amnesia o actúa de manera artera y miserable cuando hace estos comentarios, pero me decanto por lo segundo.
El presidente del ridículo bigote ha sido el que ha acercado a más presos de ETA al País Vasco y el que ha llamado a esta repugnante banda terrorista Movimiento Vasco de Liberación Nacional. Esto no es una opinión sino una información basada en datos objetivos y constatables. Él fue también el que ordenó negociar con los etarras y no tuvo ningún rubor en anunciarlo en televisión. Ahora está cabreado (su estado anímico habitual) porque el Gobierno de España ha llegado a veces a acuerdos puntuales con Bildu, que es un partido legal que representa a miles de vascos y que tiene varios escaños en el Parlamento.
Aznar tiene el cuajo de criticar a Sánchez por llegar a algunos acuerdos con Bildu mientras que él negoció nada menos que con los terroristas de ETA en su etapa como presidente del Gobierno. La derechona española quiere demonizar al gobierno de progreso porque a veces se apoya en los diputados abertzales vascos o los independentistas catalanes.
Lo que no dice Aznar es que Esquerra Republicana de Catalunya o Bildu han apoyado algunas medidas del Gobierno como también lo han hecho el PP, Vox o Ciudadanos, pero a la vez los primeros y los segundos tampoco han votado en otras tantas ocasiones con el Ejecutivo, como por ejemplo la última reforma laboral.
Es la forma indigna que los reaccionarios tienen de descalificar al gobierno, ligándolo con el terrorismo vasco, aunque este haya desaparecido hace más de 10 años y además (y quizá esto les moleste más) durante un gobierno socialista con el vituperado Zapatero de presidente y el injuriado Rubalcaba como ministro del Interior.
Hace más de dos lustros, cuando el terrorismo de ETA asesinaba con saña, los partidos de la izquierda y la derecha le pedían enfervorizadamente que canalizaran sus reivindicaciones a través de la política y no mediante las bombas y el tiro en la nuca.
Ahora que afortunadamente se ha conseguido que las demandas abertzales sean pacíficas a través de las instituciones democráticas, la carcundia de este indignado país ha vuelto a criticar lo que ellos mismos pedían antes a gritos. No hay quien los entienda. El que lo haga, que los compre. Se venden fácilmente.
Desgraciadamente hay políticos que necesitan apelar falsamente a los muertos para poder sobrevivir.
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