Nieves no empieza de cero

La angustia había comenzado a las cinco y media de la tarde. Nieves recibió la llamada de Jonny, el amigo con el que Sara llevaba saliendo varias semanas. Jonny había quedado con Sara en el centro comercial La Ballena, pero la muchacha no apareció. Sara no respondía a las llamadas de Jonny y tampoco respondió a las de su madre. Desde hacía una semana el nombre de Jonny estaba dibujado dentro de un corazón en un ropero de la habitación de la muchacha. El corazón de Jonny y el de sus padres casi se rompe de los nervios la noche del 30 de julio. El grito de Sebastián “¡dime dónde está mi hija!” se quedó grabado en las paredes de la casa de Jonny. De los nervios y la desconfianza se pasó a la solidaridad. Entre todos íbamos a encontrar a Sara. Pero han pasado 14 meses, cientos de declaraciones ante la policía, decenas de llamamientos a través de la prensa, varias manifestaciones, miles de carteles de Sara por todas las islas, viajes de inspectores especializados de Madrid a Gran Canaria, revisión de varias viviendas de Escaleritas… Han pasado muchas cosas y Sara lleva dos veranos, un cumpleaños y unas navidades fuera de casa.El jefe superior de la Policía de Canarias acaba de declarar que un nuevo equipo formado por siete miembros de la Policía Judicial se encargará de trabajar en la búsqueda de Sara. Según Narciso Ortega, la investigación comenzará “desde cero”, aunque los nuevos policías recibirán toda la información de los compañeros que han estado trabajando esta investigación los últimos 14 meses. Ocho mil menores desaparecen cada año en España. El 95 % de los casos se resuelve a las 48 horas. Con estas estadísticas se puede entender que los policías que redactaron la denuncia de la desaparición de Sara la noche del 30 de julio le dijesen a sus padres que tranquilos, que la niña regresaría de la juerga y les pediría perdón. Ahora la policía tiene la orden de empezar de cero. Las fuerzas de seguridad pueden empezar de cero y tienen sus razones. Pero es imposible que Nieves ponga su vida a cero. Es imposible que el cuerpo y el alma de Nieves Hernández regrese a la situación del 30 de julio por la mañana, la última vez que besó a su hija. Es imposible poner a cero tanto llanto, tantas noches sin dormir, tanta presión, tantas llamadas malditas con pistas falsas, tantos interrogatorios policiales, tantas lágrimas tragadas para que no las viera la hermana pequeña de Sara. Es imposible recuperar la energía y los kilos perdidos, las fuerzas desgastadas después de semanas durmiendo en el sofá junto a la puerta, esperando que sonara la cerradura y que la niña entrara en casa y contara que había tenido una pesadilla, que había hecho un viaje equivocado…Si eso hubiera pasado Sara se hubiese encontrado con su habitación tal y como la dejó.Pero no ha ocurrido. Así que, por favor, no le pidan a Nieves que empiece desde cero. Tampoco se lo pidan a Lupe,ni a Josefa, ni a Sebastián, ni a Jose, ni a Jonny, ni a las compañeras del colegio San Rafael… Ninguno de ellos pueden comenzar su vida de cero, aunque todos sueñan con situarse en el último minuto del 29 de julio de 2006, cuando Sara se quedó a dormir en casa.

Juan García Luján