Espacio de opinión de Canarias Ahora
Números rojos y estanflación
La deuda de la Comunidad Autónoma de Canarias cerró 2010 en 3.298 millones de euros, según datos del Banco de España. Esta cifra supone un aumento del 40,2 % respecto a la deuda registrada en 2009, cuando ascendió a los 2.352 millones de euros. Ese año el endeudamiento del archipiélago ya había protagonizado un aumento del 24 % respecto a 2008. Hace poco el Gobierno de Canarias nos decía que sólo 4 de los 88 municipios canarios cumplía con los parámetros macroeconómicos de endeudamiento, ahorro e inversión? Cabe también cuestionarse a partir de los números iniciales, sin embargo, la idoneidad del auditor, ya que, visto lo visto, a buen entendedor pocas palabras bastan? Un auditor, el Gobierno de Canarias, que ha reducido la inversión real en 2011 en un 24% con respecto a la presupuestaria del año anterior.
Cada vez se hipoteca más el futuro de los canarios, cada vez se hipoteca más nuestro futuro.
Junto a esto, tenemos que recordar que seguimos estando en una situación macroeconómica entrópica de estanflación, una situación de paro elevado e inflación elevada.
Estanflación es un término que fue acuñado en 1965 por el entonces ministro de finanzas británico, Ian McLeod, quien, en un discurso ante el Parlamento formuló de la misma la siguiente definición: “es la situación económica que indica la simultaneidad del alza de precios, el aumento del desempleo y el estancamiento económico, entrando en una crisis o incluso recesión”.
La teoría macroeconómica keynesiana sostiene que a una situación de paro elevado le correspondería una inflación baja, mientras que a una inflación elevada le correspondería una menor tasa de paro.
Esto se debería a que al descender el Producto Interior Bruto, disminuiría la producción, y esto conllevaría un aumento del paro. A su vez, el aumento del paro implicaría menos recursos en la demanda, ya que los ciudadanos, los trabajadores, disminuirían sus ingresos, lo que conllevaría una obligada adaptación a la baja de la oferta, es decir, una reducción de los precios. A la inversa ocurriría cuando el paro bajase. Habría más recursos en la demanda, lo que llevaría al alza la adaptación de la oferta, aumentando los precios. Sin embargo, en la estanflación, que es lo que actualmente sucede en las islas, todo se quiebra, se desarticula, todo entra en un negativismo sistémico sin solución de continuidad. Actualmente tenemos una Comunidad Autónoma endeudada con una fuerte reducción de la inversión pública, un paro registrado de más de 260.000 personas, de más de un 20% de la población activa, y una inflación del 2,8% con un diferencial de +0,5% respecto a la zona euro, que lastra la competitividad de una economía poco diversificada; una inflación que sube, sobre todo, no ya por la relación previamente apuntada, no ya por la creación de empleo, sino por el precio de los combustibles fósiles, por la carestía del petróleo, que ya supera en su referencia europea los 110 euros por barril. Cada vez nos cuesta más llenar el depósito de gasolina del coche, que ya se acerca a las 170 de las antiguas pesetas por litro, que ya supera el euro por litro en sus precios de referencia archipelágicos. ¿Por qué no se bajan el impuesto autonómico al combustible? ¿Cómo van a poder ir los canarios dentro de poco al trabajo, a la escuela a llevar a sus hijos, al hospital, con un servicio público de transportes que es como es? En unas islas totalmente dependientes en lo alimentario, ¿cómo se controlará o compensará la subida del precio de productos básicos, como el trigo o los demás cereales?
Sí? Ya lo decíamos? Ya lo seguimos diciendo? Lo que nos faltaba? Estanflación? La estanflación -del inglés “stagflation”, palabra compuesta a partir de “stagnation” (estancamiento) e “inflation” (inflación)- indica, pues, el momento o coyuntura económica en que, dentro de una situación inflacionaria, se produce un estancamiento de la economía, un crecimiento mínimo -inferior al 3% necesario para crear empleo- del Producto Interior Bruto (PIB) de un territorio dado o un decrecimiento del mismo PIB, y además el ritmo de la inflación no cede debido a la carestía de productos esenciales. Según el criterio de ciertos observatorios económicos, criterio que nosotros compartimos, ese es ya el cuadro que presenta Canarias, uno de los más difíciles de encarar. De ahí la importancia de la cita electoral, ya inminente, del 22 de mayo. Sí, de nuevo la política, porque ya se sabe, el ser humano o es animal político o no es. Vive en sociedad, y este entorno social le lleva a lo previamente afirmado. La estanflación distorsiona completamente los mercados y coloca a los gobiernos en una posición muy delicada. En la estanflación la recesión suele ser parcial, registrándose simultáneamente el decrecimiento de algunos sectores, como la producción de bienes, junto al crecimiento de otros, como la producción de servicios, pero que no absorben el paro; lo que está ahora sucediendo en las islas: crece el turismo, pero sigue el desempleo. Esto representa un desafío enorme para las autoridades políticas, pues reciben señales mixtas y contradictorias sobre la economía que hacen muy difícil decidir qué políticas aplicar, en qué secuencia y en qué momento tomarlas. Es lo peor de los dos mundos, el económico y el político.
De ahí la importancia de la cita electoral que afortunadamente se nos viene encima el 22 de mayo.
Una cita que debería servir para relegitimar e innovar. Lo pasado no siempre es lo mejor. Y menos en época de crisis.
José Carlos Gil MarÃn
Sobre este blog
Espacio de opinión de Canarias Ahora
0