Conseguir el estado de bienestar al nivel de Europa no sería una mala inversión para el Partido Demócrata que ahora lidera Obama, porque eso significaría un apoyo popular decisivo para el futuro político del actual presidente. Pero cambiar el modo y las formas del trato a los países del tercer mundo, proceder a una metamorfosis de los planteamientos de relaciones con América Latina, Asia, Oriente Medio y Africa, darían a Barak Obama la auténtica aureola del cambio, de un profundo cambio de mentalidad en donde los planteamientos multilaterales deben sustituir a los unilaterales que estamos convencidos que más tarde o temprano conducirán a una guerra nuclear, a un holocausto mundial de definitivas consecuencias para la humanidad. Por eso digo que Obama está ahora mismo en el punto de mira de todos los progresistas del mundo, desde los propios Estados Unidos, pasando por América Latina, Asia, Europa, África, en donde en la propia Kenia, patria natal del padre de Obama, se ha despertado una tremenda ilusión. Pero como le decía José Saramago a Iñaki Gabilondo, en el programa de Cuatro el día de la proclamación de Obama como presidente, “espero que cambie el mundo, aunque soy escéptico”.Para resumir y no volver a escribir sobre la política de las cañoneras, de Afaganistán e Irak, de las relaciones con Cuba, Irán, Corea del Norte, creo que un paso decisivo de Obama sería conseguir que negros y blancos pudiesen subirse a una guagua juntos con toda normalidad en Alabama, Georgia o Florida y que Israel y Palestina fuesen dos estados con los mismos derechos y obligaciones y con relaciones civilizadas y sin guerras ni muertes de niños y adultos inocentes. Quiero estar ilusionado, tener esperanza, pero tengo muchas reservas con las fuerzas negras que dominan Estados Unidos, con el gobierno invisible de las multinacionales, con la más profunda reacción de la Norteamérica profunda. De todos modos me parece que a Obama hay que darle, no sólo los noventa días clásicos del fair play político, por mí lo dejamos para septiembre de 2009 y a ver qué pasa. Es probable, posible, que en septiembre seguirá en el punto de mira de todos los que queremos a unos Estados Unidos que promuevan la paz y el progreso pacífico de todo el mundo.