Obispos, homosexuales y pedófilos

El número dos del Vaticano acusó a los medios de comunicación de orquestar una campaña de difamación contra la iglesia católica por difundir las noticias sobre los casos de abusos sexuales de menores. Ante las preguntas de los periodistas de si el celibato que deja a los curas en celo puede ser la causa de muchos casos de pederastia, Tasio Bertone respondió que no existe ninguna relación entre celibato y pedofilia. Sin embargo, según los sicólogos y siquiatras consultados por la jerarquía católica, sí existe relación entre homosexualidad y pedofilia. En otras palabras, cuidadito con los gays que tienen una tendencia natural a abusar de los niños.

Me importa un pito que curas y obispos se dediquen a defender la virginidad de María y el papel del Espíritu Santo en su embarazo. Que utilicen todas las metáforas que quieran para esconder que la madre de su Dios fue una madre soltera, inmigrante y pobre, tan alejada de las riquezas, los sacramentos y los boatos vaticanos. Pero lo que no podemos tolerar es que para esconder los casos de abusos sexuales en la iglesia, la nueva estrategia del Vaticano sea criminalizar a los homosexuales, hasta aquí hemos llegado. El papa no ha tardado ni un mes en mandar a su número dos a visitar al nuevo gobierno chileno, heredero de la ideología de Pinochet. En la misma ciudad de Santiago de Chile donde Tasio Bertone realizó sus vómitos públicos contra los homosexuales, hace unos años Juan Pablo II dio la comunión al dictador chileno. Cuando el mundo clamaba contra las torturas y violaciones de los derechos humanos protagonizadas por los milicos que obedecían a Pinochet, el papa de Roma acudió a Chile a darle la bendición cuando debió darle una buena hostia que lo estampara contra el suelo.

Me aburre hablar o escribir de curas, obispos y papas. Hace tiempo que decidí ignorar a ese ejército de sotanas que funcionan como las viejas cortes de las monarquías absolutas, que obedecen las órdenes que nacen en las intrigas palaciegas del Vaticano. Quiero situarme en el siglo XXI, por eso suelo pasar de los mensajes de los ejecutivos de esa multinacional de la mentira que ha durado ya dos mil años, resistiendo a crisis económicas, guerras y masacres en las que los obispos han formado parte fundamental normalmente en el bando más criminal.

Hablo de la conquista de América, pero también de la Inquisición, de la Revolución Francesa, de la guerra de España, del franquismo?¿Pasado? Pasado no. En Honduras hubo un golpe de Estado y la jerarquía católica se alió con los fascistoides, y lo hizo justo después de una manifestación popular que acabó con una dura represión y varios muertos. En el caso español la iglesia sigue empeñada en frenar el avance de los derechos sociales y políticos, en parar las leyes que nacen de las mayorías parlamentarias. Ya no tienen a Franco y su ejército para defenderles, pero vemos a los obispos con sus pancartas callejeras o disparando mensajes reaccionarios desde sus copes, intereconomias y periódicos controlados por el Opus Dei. En las manifestaciones contra la pobreza y las injusticias no están ni se les esperan. Están demasiado ocupados en los revival de la Inquisición que son esas movilizaciones contra homosexuales y mujeres que abortan.

Yo había apostado por dejar solitos a los obispos y sus curas abusadores. Quizás tienen razón en que el número de pedófilos es similar al que tienen otras profesiones, con la diferencia que en los otros ámbitos son repudiados y aquí muchisímas veces han recibido protección y amparo de Roma. Pero no me puedo callar ante las declaraciones del secretario del Vaticano. Desde hoy debemos considerar a Tasio Bertone cooperador necesario y cómplice de todos los crímenes que se cometan contra los homosexuales y lesbianas. Debe saberse que cada gay torturado o asesinado por su tendencia sexual es víctima de una patología criminal llamada homofobia y que ese virus no sólo está en la cabeza de los altos jerarcas del Vaticano, sino que está siendo expandido por bocazas como Tasio Bertone. Está tardando el Tribunal Internacional de la Haya en sentar en el banquillo de los acusados a Tasio Bertone, como apologeta del genocidio de homosexuales y lesbianas que se sigue cometiendo en diferentes países africanos y asiáticos.

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Juan García Luján