Paren eso, carajo

En el bareto que les cuento por el contrario, a la mañana siguiente, la comisión acerca de las inquietudes sobre la suerte y el paradero de Sara y Yeremi era el airado tema de conversa. Único tema de conversa. Que sepan los seudonacionalistas que el personal está indignado. Y que sepan los socialistas que ese mismo personal espera que alguien aborte el disparate:

- Que paren eso, carajo ? exclamaba un abuelo mientras miraba a la nieta que le tocaba cuidar ese día y que desayunaba un sándwich mixto y un café con leche.

Es decir: si con tamaña cancaburrada investigadora pretendían los de CC ganarse alguna simpatía del pueblo llano y soberano, van de culo. Los isleños del común son menos estúpidos de lo que imaginan. Aunque los tiros no van por ahí, sino por demostrar ?ridícula, mentecata pretensión- que no se ha encontrado a los críos por culpa de unas deficiencias que padecemos en materia policial, concluyendo, en el colmo de la demagogia, que de existir la dichosa guanchancha, los niños habrían aparecido... Les ha salido fatal la obscena intentona (es obsceno manipular el dolor de las familias con fines meramente políticos), como demuestra el hecho de que, por primera vez, a CC y a cuenta de este asunto, le han llovido palos desde todos los medios informativos sin excepción y desde todas las tribunas de opinión. Merecidamente, por supuesto.

José H. Chela