Espacio de opinión de Canarias Ahora
Sobre peones negros y elefantes blancos
La verdadera derecha, la que dice no participar directamente en política, la que se cimenta aún en los cuatro pilares del viejo nacionalcatolicismo pero que abrazó la idea de la Constitución por aquello de que le abría los mercados de Europa, esa derecha, no quiere gobiernos que le pongan obstáculos, que le mermen su status, que intenten al menos repartir la riqueza o universalizar derechos que den calidad de vida al común. Esa derecha no entiende de talantes, de escala de grises, de hablar sin sobresaltos, de negociar sobre ideas. Es la derecha clásica, la del palo, la del conmigo o contra mi, la de la calle es mía, la de la una y grande pero libre con matices, aunque se trate de caricaturas.
Es la derecha que tira la piedra y esconde la mano, la que ayer habló de la desaparición de la familia con la llegada del divorcio y se repite hoy por la aceptación del matrimonio homosexual; la que sale a la calle para defender su derecho de objeción a la ciudadanía, pero que se quedó en casa para decir no a la guerra; la que pretende que todos vean e interpreten el mundo con los ojos de algunos obispos y no como la vida nos dé a entender libremente a cada uno.
Esa derecha no asumió ayer que perdió las elecciones, ni que Al-quaeda era definitivamente quien estaba detrás de los atentados del 11-M y creó los peones negros para desestabilizar. No asumió que la constitución puede reformarse y alimentó el discurso de periodistas nada santos para crispar. Vio peligrar su vuelta al poder si ETA dejaba las armas tras una negociación y con bandera, himno y patria se echó al monte. Y ahora, quemados todos los discursos posibles para ganar las próximas elecciones, magnifica, con la ayuda de todo el ruido posible, los ultrajes al Rey y los pronunciamientos soberanistas de quienes siempre tuvieron tal condición, incluso cuando les sirvieron de apoyo en el Congreso en el pasado. Entre las webs que se mueven dentro de ese extraño entorno mediático hay una que por su nombre llama la atención, Jaque mate. No me extrañaría nada y quien sepa de ajedrez me entenderá, que desde el mismo 11-M haya habido algo más que “peones negros” preparando las condiciones para un “jaque mate” al gobierno del PSOE. Incluso diría, que con el tiempo, confirmada la no idoneidad de Rajoy hayan creído que, convirtiendo el ambiente político en irrespirable, podrían inventar un jaque al Rey que convierta en realidad su ansiado gobierno a la medida, que haga posible la suspensión de las autonomías vasca y catalana y una reforma constitucional sí, pero a la baja y medida de sus intereses.
Alguien decía el otro día que la soberanía reside en el pueblo y no en el soberano, para añadir que eso lo tiene claro la casa real, sobre todo tras el 23F. Pero a lo mejor hay quien cree que acorralar y obligar al Rey a dar un paso así podría reportarles su ansiada “normalidad”. A lo mejor hay quien cree que les aseguraría no depender de Rajoy o que les permitiría tener un gobierno de concentración a la medida, presidido por un elefante blanco que, investido de popularidad y solvencia constitucional, firmara una reforma constitucional a su gusto, esto es, mutilada. Menos mal que la monarquía española no aspira a emular a la marroquí o a la saudí y que seguro sabrá colocar a estos peones fuera del tablero. Lo digo porque esto es a lo que el sentido común obliga y porque además entiendo que, en algunos ámbitos, precisamente el sentido común ha sido hasta la fecha su acertada carta de naturaleza.
(*) Aureliano Francisco Santiago Castellano es presidente de la Ejecutiva Local de Nueva Canarias-Nueva Gran Canaria en Telde .
Aureliano Francisco Santiago Castellano (*)
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