Puyazo a la enseñanza pública canaria

Esta lunática resolución por arte de la Sra. Consejera, ?y todo su equipo? es una temeridad más, de quienes han dejado calamitosas decisiones administrativas y escolares, de manifiesta incompetencia e incapacidad para un cargo de suma y trascendental importancia para la educación y futuro devenir en nuestros niños y adolescentes, con quienes se juega, el ser o no ser en sus vidas, dependiendo éstas, de la formación educativa recibida durante su infancia y juventud. Todo lo contrario: Educación y la Consejería de Sanidad, aún en tiempos difíciles, deben recibir más dinero aún, y no cabe ningún recorte presupuestario. O sea, que deben incrementarlo a 2.138, el doble en Educación, y no hacer presupuestos a la baja, de alcantarillado. Y no lo sugiero, sino que lo demando, en beneficio de una sociedad, para que no sea también periférica en la incultura histórica en que ha estado sumida.

Esta lamentable reducción económica es tan impropia, que a sabiendas, en la dicha Consejería, con datos fehacientes en la mano, de la vuelta a la Enseñanza Pública de aquellos niños y jóvenes, que en tiempos boyantes, se matricularon en la Enseñanza Privada, y por esas mayúsculas y contrariadas obviedades, se multiplican las plazas en la Pública. Pero para la desatinada Consejera (y todo su equipo), toman la solución en despedir al profesorado y en hacinar las aulas: menos maestros y mayor número de alumnos por aula, para un solo docente. Muy negativo hecho que repercute directamente en la calidad de la enseñanza, y por lo tanto abocados al fracaso escolar. Deplorables números en este asunto de las ignorancias y del perenne pelotón de los torpes, en los que en Canarias ocupamos los primeros puestos en el ranking estatal y europeo. Incomprensible ineptitud en razón humana. Luego se le exigen óptimos resultados a los apaleados y sufridos docentes, quienes lo pagarán con su salud, en todos sus desarrollos en la enseñanza Infantil y Primaria. Si no existen los mimbres suficientes, pocos cestos educativos se pueden urdir por los estoicos maestros.

Esta importantísima Consejería no puede estar al albur de las paridas de advenedizos de la política, desconocedores de la realidad educativa, de su presente y propuestas progresistas de futuro, a favor de una enseñanza de calidad, en la Escuela Pública. Y no ser marionetas que ocupan un cargo a dedo, dentro de un partido político, que eventualmente, pasa por allí. Decisiones y criterios tan peregrinos hacen que los alumnos caigan en el abismo de la incultura y la deformación de por vida; además, de ser carne de cañón de la subcultura y de la sublibertad, y ser un número más en la cadena de 'código de barras', que entienden la vida en los frívolos valores que le han inoculado, habiendo sido codificados para un consumo redomado y a los peores destinos, como fruto de la educación que no recibió.

Pero ya conocemos las políticas que demandan las filosofías de CC-PP que solo entienden de la cultura del pelotazo; la educación para quien pueda pagársela; y de las favorables cualidades innatas o sociales de cada individuo. Los demás que se las apañen como puedan, que ellos matriculan a sus vástagos en los colegios privados, por los que apuestan, como método de enseñanza eficaz, siendo incrédulos de la Escuela Pública. A años luz del lema “Escuela y despensa”, que predicaba el histórico Joaquín Costa a finales del siglo XIX, no se lleva a la praxis por este gobierno Autonómico.

Bien está, y apelo, a que el sindicato ANPE-Canarias, interponga un recurso judicial contra esta, más que grotesca tropelía de la Consejería de Educación, ya que otros grupos, como el socialista, quedan inermes, sordos y mudos, ante vil resolución de lesa humanidad a las bases de la educación y el porvenir de tantos niños y jóvenes en nuestras Islas, quienes ocuparán nuestros lugares de progreso y desarrollo intelectual en sus vidas, mediante el derecho a una digna y muy eficaz educación, según se recoge en la Carta Magna.

Teo Mesa