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Recortes de gastos y algo más

Enrique Torres Curbelo / Enrique Torres Curbelo

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Presentándose un tremendo dilema, ya que parece entenderse, o se podrían sacar conclusiones, como que antes del año 2010 se despilfarraba el dinero o que después de esa fecha tenemos el dinero justo para abrir las puertas de palacio. Si sucedió lo primero que mal lo hicieron esos gobiernos y si es lo segundo, el motor del sector público de forma directa “que poquitas cosas podrá hacer para generar riqueza en las islas”. Ya se sabe que generar riqueza real es igual a crear empleo.

Habrá que conocer además las medidas que propondrá o reclamará la Comunidad Autónoma para que otras Administraciones ayuden en los asuntos públicos y aquellos estímulos que dirigirá al sector privado para que sea el motor de ese crecimiento y generación de riqueza.

Se habla de un ahorro de unos 2.300 millones de euros y habría que estimar sobre los recortes realizados, lo que podía haber sido gasto improductivo y aquel otro, capaz de impulsar la actividad económica del territorio. Lo lógico sería que ese recorte de gasto afectara al gasto innecesario ¿Alguien lo sabe?

Siempre es interesante apoyar las medidas de componente ético y estético y en épocas de estancamiento de la economía son totalmente justificables. Que los funcionarios y los altos cargos del gobierno cojan la guagua en vez de taxis, está bien, que se ahorre en papel, gastos de fotocopiadoras, teléfono, etc. También está bien. Que el personal público llegue a su hora y mantenga un nivel respetable de productividad es lo lógico que se debería haber exigido y cumplido siempre, no ahora. Hay personas que trabajan en el sector público que son trabajadores excelentes y algunos otros, generalmente los menos, dignos candidatos al despido procedente.

Hay evidencias de gastos necesarios o justificados que hay que afrontarlos, pero a veces la reducción de los mismos, puede repercutir en una menor productividad, póngase el caso de coger guaguas a los aeropuertos. ¿Por qué no obligar a los altos cargos a que lleguen a su trabajo a las ocho de la mañana excepto en situaciones justificadas? Lo que parece absurdo es reducir gastos justificados mermando la productividad y que además son gastos tipificados como el chocolate del loro.

En todas las Administraciones hay agujeros negros que son consumidores de gastos, casos los hay: duplicidad de actuaciones para conseguir el mismo objetivo; actuaciones administrativas de baja eficacia; servicios que justifican ser mancomunados; empresas públicas utilizadas como instrumentos del gobierno de turno y entidades que son resortes del poder para ejecutar acciones de la propia administración, etc. Por poner un ejemplo ¿Cuánto dinero público procedente de subvenciones no se justifica y se inicia el expediente de reintegro sin posibilidades de cobro? Hay mucho dinero de esa procedencia que debería estar en el tesoro público y no hay forma, manera de recuperarlo. ¿Cuánto dinero está en la calle que debería estar en el tesoro público? ¿Cuantos litigios en los juzgados pierde la Administración con el consiguiente perjuicio económico? Esas actuaciones también repercutirían en una reducción del gasto o en un incremento de los ingresos y en una mejor gestión de ejecutarse eficientemente. No debemos de culpar a los Gobiernos de los distintos países del mundo de todos los males de la sociedad actual, aunque sea ello cierto en parte, debemos tener la obligación moral de atender de la manera más eficiente nuestra propia casa.

La reducción de gasto es una medida necesaria pero insuficiente para mejorar la enfermedad del estancamiento económico y que da como resultado el tumor llamado paro. Aumentar la riqueza en nuestro país requiere de reformas estructurales- reforma de sectores- como es el caso del bancario, administración pública, mercado laboral, sistema fiscal, educativo, energético. Con esas reformas aumentara la eficiencia, la productividad, la competitividad y los niveles de ingresos públicos, mejorando la situación del empleo. Todos los economistas conocen que los periodos de crisis económica y estancamiento a nivel mundial, está demostrado históricamente, se mueven esos ciclos, en periodos de diez años, ya han pasado cuatro y nos quedan seis más. Esos últimos serán de crecimiento económico algunos años y otros de estancamiento. Pero es evidente que haciendo bien los deberes de nuestro propio país, los efectos del ciclo señalado tendrán un efecto menor en la sociedad española. Estoy convencido que estamos preparados para llegar al objetivo.

Enrique Torres Curbelo

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