Soria, futuro Obispo de Canarias

Fuentes del Obispado de Canarias me dicen que el Obispo, Monseñor Francisco Cases Andreu, anda muy preocupado desde que leyó las penúltimas declaraciones de José Manuel Soria, Ministro de Industria, Turismo y Energía, refiriéndose a que “el partido es como un sacerdocio en el que nunca se elige parroquia”, y además añadió que no sabía si se presentaría a las elecciones autonómicas de 2015 para optar a la presidencia de Canarias. Monseñor Cases Andreu, persona inteligente, me dicen que anda algo mosca porque conoce los tejemanejes de Soria, y calcula que si se ordena sacerdote, en pocos meses podría incluso convencer al Papa Francisco para que le nombrase jefe de los católicos canarios, ya que la presidencia de Canarias la tiene muy difícil, por no decir imposible técnicamente hablando con la Ley D´Hont en la mano, y encima el sistema electoral canario.

En cuanto a que los alcaldes sean los que ganen las elecciones si son la lista más votada aunque sea en minoría, Soria se mostró partidario de tal dislate, y me supongo que si entre tres partidos suman el 51 por ciento de concejales y el alcalde sólo tiene el 49 por ciento, Soria dirá “pues que gobierne el alcalde, si es del PP, claro, por decreto municipal y tente tieso”. Seguro que si le preguntan si también está conforme con que Bildu tenga los mismos derechos si es la lista más votada en Euskadi, dirá que “de eso nada monada, en ese caso se detiene a todos los concejales de Bildu, se les declara etarras y se les encarcela”, y aquí paz y en el cielo Repsol.

Al margen de otras consideraciones, me preocupa las apetencias de Soria con el sacerdocio, porque si llega a la cúspide de la Iglesia Católica es capaz de crear un decreto que obligará a todos los súbditos sorianos a oír misa todos los domingo a las 12.00 cada uno en la parroquia de su barrio, y pasando lista el párroco, y el Obispo Soria la diría en la Catedral de Santa Ana que para eso hay clases, y para ello levantará el púlpito diez metros como hizo en el Cabildo Insular de Gran Canaria, y en su homilía dominical siempre hablará de las excelencias del petróleo y las gasolineras de Repsol, a las que por cierto hace tiemplo que no entro ni para comprar una botella de agua, y mucho menos a llenar el tanque de mi coche de oro negro, ¡ráscate Pepe Manuel!, y tengo noticias que muchos canarios están haciendo lo mismo.

Pero lo peor de todo es que Soria se cree Dios, sobre todo cuando habla de la luz. Ahora nos anuncia que la luz subirá en verano, y como consuelo dice que ve una probabilidad “muy alta” que baje en el conjunto del año, y si digo que se cree Dios es que me acuerdo de cuando era católico y me creía todo lo que me decían los curas, y entre otras cosas que Dios hizo la luz en el tercer día, y dijo “que se reúnan en un solo lugar las aguas que están bajo el cielo, y que aparezca el suelo firme”, pero Soria añadió “y que bajo las aguas de Fuerteventura y Lanzarote haya petróleo y gas”, de ahí que haya declarado que está tan seguro que hay oro negro y gas licuado en las aguas canarias, ¡qué carajo!.

De momento lo más que me preocupa es lo de la luz, porque lo del petróleo igual Paulino Rivero le gana la partida y no hay prospecciones, pero en lo que se refiere a la luz como va a subir en verano ya le he dicho a mi mujer que nos quedamos con la pandilla de amigos de la Peña la Vieja hasta bien entrada la noche en la playa a la luz de un candil, y ya he comprado un buen número de velas y bastantes linternas para contrarrestar el dichoso recibo de Lucifer, a ver si no se convierte en Satanás, y de poner la televisión nada de nada, a leer que es más instructivo que los Mundiales de Brasil.

Y hablando de leer, me voy a repasar de nuevo todos los sumarios que se han movido y se mueven alrededor de Soria, desde el Faycan, pasando por Góndola, Eolo, Salmón, La Favorita, el Canódromo, y no los enrollo con más casos por si voy a llegar al crimen de la perra chona que sucedió en 1955, y que cuando llegué a principios de los 60 a empezar a colaborar en el viejo “Diario” que dirigía Pedro Perdomo Acedo, todavía se hablaba y especulaba con toda suerte de interpretaciones sobre tales hechos y misterio, del cual no se supo a quién pertenecía la cabeza que descubrió en Almatriche la tal perra. Como el misterio del caso del salmón que todavía no se sabe quién fue el pescador.