La tercera España es...

Santiago Pérez

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Cuca. Cuca Gamarra, por supuesto. No hagan sus apuestas , Señores, esto no da más.

Después de muchos días de proclamar que existe una Tercera España, que no es ni roja ni azul, han acabado -estaba más cantado que las cuarenta- votando a Cuca.

Días balbuceando eso de la Tercera España que les habrá inspirado alguno de sus ideólogos de cabecera -con taxímetro puesto desde el minuto 0- y que han repetido como papagayos Clavijo y la nueva diputada al Congreso con insistencia y con la misma falta de respeto, marca de la Casa, a la inteligencia del respetable público.

Hay que ver cómo las ocurrencias sembradas por cualquier predicador bien subsidiado germinan de inmediato en ese páramo intelectual que es Coalición Canaria.

De modo que la actual disyuntiva en España no es la de gobierno progresista/gobierno conservador, sino una reviviscencia del enfrentamiento entre la EspañaRoja frente a la EspañaAzul , como alternativa la de la Tercera España, la que esbozaron algunos destacados intelectuales republicanos como expresión de su distanciamiento de la II República en sus más difíciles momentos.

Y esa Tercera España, resucitada y patentada por Clavijo, estaría formada por los partidos nacionalistas (los de verdad y pedigrée) y la propia Coalición Canaria. 

Pero ha pasado que, en el primer momento de la verdad, Clavijo ha ordenado votar a Cuca y todos los nacionalismos periféricos, desde Junts a EH-Bildu, cuya vocación independentista es inequívoca, tanto como opuesta significación social, catalana mente conservadora en un caso y euskaldunamente progresista en el otro, han votado a la candidata socialista a la presidencia del Congreso y han respaldado una Mesa de mayoría progresista.

Y el PP, no cualquier PP sino éste, el de un Feijóo que no se da por aludido ni cuando se le pregunta por sus narcoamistades ni cuando se le exige que aclare eso de sus retribuciones, sólo logra el respaldo de UPN (se supone que, después del meneo que les dieron comprando el voto de Adanero y otro para oponerse a la reforma laboral, sarna con gusto no pica) y de una Coalición Canaria más atada a los del veranoazul que las sandalias de un romano. 

Las genuflexiones y rendez-vous a Feijóo en el Senado, las tantas votaciones junto al PP y Vox frente a los grupos que han respaldado el programa legislativo y la acción del Ejecutivo durante la pasada legislatura (nadie me las ha contado, las he presenciado y las tengo a buen recaudo) lo hacían perfectamente previsible. E inevitable después de haber logrado la escalera de color: Gobierno de Canarias, Cabildo de Tenerife y Ayuntamiento de Santa Cruz sin haber ganado las elecciones con el respaldo de un PP canario instalado crónicamente en el masoquismo. 

En realidad es lo que de verdad importa, el poder institucional en la Isla de Tenerife y en la Comunidad Autónoma, a una Coalición Canaria hegemonizada por la vieja Agrupación Tinerfeña de “Independientes” desde su felonía fundacional (la de censurar al propio Gobierno del que formaban parte, en la primera de la retahíla de traiciones a los pactos con los socialistas canarios).

Estoy esperando, sentado por supuesto, las columnas y tribunas sobre este episodio de algunos perspicaces analistas que se prodigan en la SER Canarias o en los medios de Prensa Ibérica... Pero no se producirán, porque en realidad son los reinventores de la Tercera España, que sólo le ha comprado a Clavijo -en mi opinión incomprensiblemente- un periodista tan lúcido como Enric Juliana. Que ayer, contra la más palpitante realidad, seguía hablando del “consorcio” de Clavijo y el PNV. Lo que es la ultraperiferia.

Y el “chavismo” de Sumar

La otra genialidad del líder inmarcesible del “nacionalismo progresista”, tal como canonizan los Estatutos de Coalición Canaria, es la de equiparar a Sumar com Vox, después de reconocer que no sabe lo que es Sumar, pero sí lo que fuera o fuese Podemos: puro chavismo. ¡Menos mal que no se atrevió a decir que tampoco sabe lo que es Vox!.

Si hay algo en esta tierra asirocada y lejana que se parezca al chavismo es Coalición Canaria: chavismo, pero de derechas.

No cuento lo que me cuentan, sino lo que he vivido durante 32 años de resistencia a lo que ha sido y sigue siendo el “Régimen” de ATI-CC y a los intereses que representa: apropiación propagandística de la canariedad; colonización de las instituciones públicas al servicio de intereses empresariales perfectamente identificables, especialmente del sector de la construcción/inmobiliario y de la sanidad privada; manipulación de los medios informativos públicos y hasta donde hayan podido llegar (ya se sabe cómo) de los privados; censura de la oposición, perfectamente compatible con los ataques de sus esbirros periodísticos contra sus portavoces; control de numerosas organizaciones ciudadanas a través de prebendas concedidas a sus dirigentes, en forma de subvenciones, contrataciones y enchufes de hijos, primos y demás familiares…

La comparación entre Vox y Sumar no retrata a Yolanda Díaz, ni a su excelente gestión gubernamental, ni a la organización que ha logrado con grandes dificultades poner en pié exitosamente. No: retrata al propio Clavijo y a “su” Coalición Canaria, con mayor resolución que una Resonancia Magnética.

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