Venezuela: Fábricas de sentimientos humanos (IV)

De la misma manera, otros, tras trabajar duramente y apostar por un determinado negocio, no consiguieron alcanzar más allá que el deseo de un sueño y una ilusión, y que con el tiempo se transformó en una metamorfosis de desencantos y fracasos. Arruinados, fracasados, olvidados de sus seres queridos en Canarias, el orgullo de emigrante canario no les permiten retornar a las islas como fracasados, aunque muchos lo han hecho para morir en la tierra que les vio nacer, pero sobre todo para dejar descansar sus conciencias y liberar sus almas, tras el olvido realizado en otra época con sus respectivas familias. Esa ha sido y es la realidad de muchos emigrantes canarios que actualmente viven en Venezuela. Una realidad, que pude descubrir y comprobar tras mi reciente gira por Venezuela con la compañía tinerfeña Medio Almud Teatro, donde al mismo tiempo realicé varios documentales para la programación de Señas Culturales, cuyo director y responsable es el dramaturgo y periodista, Cirilo Leal.

Tras mi recorrido por varios estados de Venezuela, enmarcados por múltiples escenarios encantadores y desoladores, referenciados por la pobreza y riquezas, descubrí en algunas fundaciones canarias, verdaderas “fabricas de sentimientos humanos”, emigrantes canarios necesitados por saber de sus familiares en Canarias, tras muchos años de ausencias afectivas, información y comunicación. Hombres y mujeres, envejecidos por el transcurso de los años, olvidados por sus familiares, marcados por el dolor, impotencia y sufrimiento, se aferran a la vida, con el objetivo de localizar y ponerse en contacto con sus familiares; los cuales algunos de ellos llevan más de cincuenta años sin saber nada de ellos. Con lágrimas en los ojos, algunos de esos emigrantes canarios que residen actualmente en las fundaciones de los distintos estados de Venezuela, me pidieron con ternura y emoción, la búsqueda de sus respectivas familias. Ni que decir tiene, que esos compromisos y objetivos sentimentales y afectivos ya lo estoy trabajando. Incluso, ya tengo varios conseguidos, significando para mí un gran alivio y alegría. Ese mundo, esa realidad, ese compromiso social, esa verdad de la otra cara del emigrante canario en Venezuela, existe. Son personas mayores, bien atendidas por los profesionales de las respectivas fundaciones y subvencionadas todas ellas por el Gobierno de Canarias. Por diversas causas de la vida, muchos son los emigrantes canarios que siguen soñando, recordando y llorando por la cuna que les vio nacer y crecer. Sin embargo, otros, aunque siguen recordando Canarias, ya no quieren venir, pues han echado raíces en Venezuela; casados con mujeres criollas, de cuyas relaciones nacieron unos hijos. También, por que sus familiares más cercanos en Canarias, han muerto, motivando no quedarles nada, salvo los recuerdos de unas Canarias de otra época y de otros escenarios distintos a los de hoy.

Por otro lado, Venezuela, a través de todos sus circuitos sociales, de sus arterias geográficas, se referencia por una importante representatividad canaria. Una canariedad, significativa y participativa, especialmente en todos aquellos centros repartidos por todos los estados de Venezuela. Los Hogares Canarios Venezolanos, son las verdaderas instalaciones convertidas en una especie de ciudades fortificadas; donde los emigrantes canarios, junto con sus respectivas familias, realizan una vida social tranquila y segura para sus hijos. Actividades deportivas de todo tipo, servicios de cafeterías, teatros, cines, piscinas, bingos, dominó, envites, actos culturales, música y bibliotecas, hacen que estas grandes instalaciones sociales se conviertan en lugares de alegría y seguridad para todos aquellos socios canarios emigrantes. Es una forma de vivir con una importante calidad de vida, sobre todo si tenemos en cuenta la gran inseguridad existente actualmente en Venezuela.

Rafael Lutzardo