VOX + Djokovic + Trump + Bolsonaro y la liga negacionista
Según leo, muchos miembros de Vox respaldan con sus comentarios en redes sociales la torpe y arrogante decisión del tenista serbio Novak Djokovic negándose a ser vacunado contra el coronavirus. Al parecer hay una serie de “seres-superiores” que se autocolocan por encima del resto de los humanos.
Unos dicen que el serbio es un “tío con principios” y quizás opinan que es un tío de 'dkojo...nes'... , perdón, cojo o manco, pero si los tiene bien puestos, como Trump o Bolsonaro o como los del partido derechista AfD en Alemania, debería someterse a revisión craneal para ver si su cerebro está bien colocado.
El serbio Kojo...vic se ve apoyado por su padre que ha iniciado una cruzada en Serbia. Srdjan, su padre, aseguró que “Novak es Serbia y Serbia es Novak. Están pisoteando a Novak y, por tanto, al pueblo serbio. Querían ponerlo de rodillas, pero no solo a él, sino también a nuestro país. Como Jesús, intentan crucificarlo, subestimarlo, ponerlo de rodillas. Somos una nación orgullosa, europea y civilizada. Nos bombardearon, nos oprimieron y destruyeron, pero no nos rendimos ni lo haremos jamás. Somos un pueblo serbio orgulloso, cuyo representante e ídolo es nuestro Novak. No se rendirá. ¡Está en la cárcel, nuestro Novak es un prisionero de esos bastardos!”. (Bastardo es equivalente al antiguo término machista de “hijo de puta”).
Pero el tenista campeonísimo no está prisionero, está en el aeropuerto sin poder pasar la frontera. La frontera de Australia y la frontera del respeto a las leyes del estado soberano, obligatorias para todos los australianos y para todos los que quieran entrar en el país. No hay superhéroes como Trump o Bolsonaro que se burlan de todo.
Las declaraciones de la familia Djokovic no se quedaron ahí: “Es el Espartaco del nuevo mundo. Novak no violó ninguna ley, al igual que siete mil millones de personas no violaron ninguna ley. Quieren someternos y que estemos todos de rodillas”.
En una cosa tendría razón el padre: no se puede jugar al tenis estando de rodillas. Pero en la frontera australiana no le han exigido arrodillarse y para poder jugar el Abierto (Open) de Australia los demás participantes se han vacunado. Pero este gran jugador serbio está, o cree estar, por encima de las leyes de la Medicina y, por tanto, también por encima de las leyes australianas. Lo que resulta desmesurado es hablar de Espartaco, como lo sería comparar el juego del tenis con las acciones revolucionarias y liberadoras de un Nelson Mandela o un Ché Guevara.
En el polo opuesto a Dkojovic está colocado Rafa Nadal y su Academia. Incluso personas que quieren acudir a sus clases en Baleares se han sorprendido al enterarse de la película montada en Australia con Novak.
Para entrar en Baleares se tiene que mostrar el calendario de vacunaciones de la COVID, no solo a la compañía aérea sino también para tomar un café o comer en el interior de un bar y, por supuesto, en la Academia de Nadal donde se puede respirar un ambiente extraordinario que recuerda, según dicen los asistentes, mucho a la forma de ser del propio Rafa Nadal. Y esto vale para Nadal, que lo acepta sin aspavientos, y para el resto de los mortales, sean de las islas mediterráneas o extranjeros.
En Las Palmas y en otros muchos lugares tienen manifestaciones coincidentes(?) con la negativa a vacunarse. Al parecer el miedo a la vacuna va acompañado de el miedo a que los gobiernos democráticos europeos aprovechen la ocasión para imponer el totalitarismo como en China a los partidos y grupos de opinión derechista.
Uno de los primeros Voxianos en mostrar su apoyo a Dkojovic ha sido el eurodiputado de Vox Hermann Tertsch, así como el toledano de Vox, Manuel Mariscal (aquí hay que recordar que “mariscal” es el apellido y no tiene ningún mando militar de esa graduación), que consideran que el tenista serbio ha puesto “en total evidencia” ante el mundo la, a su menguado juicio, “irracionalidad y perversidad de la política de control social impuesta con un motivo que ya es pretexto, la COVID”. Es decir, el que suban las cifras de contagiados (en España, Alemania, etc.) y sigan habiendo enfermos graves y muertos es simplemente un “pretexto”. Esos miembros de Vox han dedicado todo tipo de alabanzas al que era número uno del mundo (en tenis, no en boxeo ni en leyes de Derecho Internacional), al que ven como ganador en un hipotético torneo más importante, “el de la libertad”. Aquí parece entenderse la libertad en hacer lo que a uno – independientemente del resto social o internacional- le da la gana.
¿PRINCIPIOS O AGRESIONES VIOLENTAS?
Estos jefes de Vox acusan al gobierno de Australia y, según parece, a todos los que respetan o hacen respetar las leyes de que : “Hoy violan dichos derechos y además linchan a quien no aplauda”. No sé lo que ocurre en las localidades en que viven los señores voxianos, pero en Alemania son los “negacionistas” los que arremeten en manifestaciones ilegales contra la Policía y todo mantenimiento del Orden Público. Y han habido amenazas directas contra médicos y virólogos que ha defendido públicamente las medidas preventivas. Y agresiones físicas que traspasan la frontera de la agresión verbal.
Lo que me parece una tremenda ignorancia colmo del cinismo es la comparación de la actitud narcisista de la Prima Donna de la Opereta del Tenis con un héroe de la rebelión de los esclavos contra los opresores del Imperio Romano como fue Espartaco. Espartaco arriesgó su vida en una rebelión liberadora. Y sólo comparable a las luchas de un Nelson Mandela o un Che Guevara.
ME PREOCUPAN MI FAMILIA, LA CONTAMINACIONES Y LA PANDEMIA
La carencia del sentido del ridículo no tiene nada que ver con el “amor paternal” lógico y digno. Y la preocupación por el bienestar de la familia. Esa preocupación que tienen hoy en el mundo entero miles de familias que buscan, a veces inútilmente, una posibilidad de vacunación. Sin ir a países sin grandes posibilidades sanitarias de Africa, Hispanoamérica o Asia, en Europa la creciente oleada de mutaciones del Virus nos pone en vilo a todos. Y en lo más cercano a mí, familiar y físicamente, he visto cómo en mi familia grancanaria ha habido casos de corona positivos y, en este momento que escribo, una de mis nietas ha dado resultado positivo, es decir, de infección del virus. Y yo, junto con los padres y el resto de la familia, estamos en vilo esperando que no broten los nefastos síntomas.
En línea totalmente contraria a la alarma de otras familias españolas y de la mía propia se han manifestado otros parlamentarios de Vox como Luis Gestoso, quien expresó su admiración a las personas “leales a sus principios hasta sus últimas consecuencias” como Dkojovic, pero dónde se habla de principios yo diría “falta de responsabilidad” frente a su pueblo y a su admiradores en el campo deportivo. Y donde Gestoso dice que el tenista “ha ganado su torneo más importante: el de la Libertad!”, yo diría que ha cosechado la más vergonzosa de las derrotas, la de la carencia de responsabilidad.
Otro, de las mismas filas de Vox, Agustín Rosety Fernández de Castro, ha dicho que “da igual” ya quién gane el Open de Australia porque, en su opinión, “sobre el ganador pesará siempre la carga de haber consentido que se excluya arbitrariamente de su disputa al número 1 del mundo”, quien, a su juicio, ha demostrado ser “un tío con principios”. “Se tenían que haber plantado todos los jugadores”. Es tan ridículo como elogiar a un contagiado del Corona que a pesar de estar ingresado en un Hospital y, negándose a la vacuna, exige que todos los afectados se planten y renuncien a tratamiento médico en solidaridad con el negacionista.
¿POR ENCIMA DE LAS LEYES ?
MIENTRAS la jugadora checa Renata Voráçová tiene que permanecer enclaustrada en el Hotel, nadie ha hecho escándalo en la República checa.
Por su lado. el hermano de Djokovic critica las “terribles” condiciones del Hotel. Y declara que es un equipo o Team trata de conseguir una decisión judicial que evite la amenaza de 3 años de prohibición de entrada que puede caerle al jugador por sus acciones deliberadas contra la legislación australiana. Ha sido también el hermano, mientras que el jugador calla sigilosa y prudentemente, después de las anteriores declamaciones “heróicas”, el que ha revelado que en el día de Navidad, Dkojovic le mandó un mensaje que dice: Dios lo ve todo. La Moral y la Ética como los más altos ideales son las estrellas que nos guían. Mi ganancia es espiritual donde otros sólo ven lo material“. El Presidente de la Comunidad ortodoxa serbo-cristiana ha mandado un mensaje que dice que ”es inhumano“ no dejarle jugar.
Hay que leer detenidamente las especulaciones negacionistas para ver su carácter puramente especulativo y colocándose por encima de las recomendaciones médicas, sanitarias y científicas. Pero no hay peor sordo que el que no quiere oír. Ni peor ciego que el que no quiere ver.
Como no tengo conexión con dichas alturas ortodoxas no puedo juzgar si, desde las estrellas, se tiene otro punto de vista como el del serbio y distinto del mío. Pero no sé si, en un mundo lleno de conflictos de guerra, de muertes y de miserias, entre otros causados por la pandemia, ese Dios se ocupa especialmente del “inhumano” tratamiento de las leyes australianas con el serbio.
De su lado, José Ramírez del Río, otro diputado de Vox, expresa inoportunamente toda su admiración al tenista serbio por priorizar sus “principios y conciencia” a sus logros deportivos. “Hoy Djokovic ha mostrado esa grandeza que creía olvidada”. La grandeza en la irresponsabilidad quizás, pero no en el espíritu deportivo frente a sus otros compañeros contrincantes y menos todavía frente a sus admiradores porque la Pandemia no es un juego ni de tenis ni de futbol, sino en el mejor de lo casos de Enfermedad o Salud, y en el peor de los casos: de Vida o Muerte.
La Liga de los negacionistas podría declarar santo patrono al jugador poco milagroso que resulta ser el serbio. A nadie en Futbol se le ocurre alabar a alguien que se salta las normas y reglamentos y trata de marcar goles llevando el balón en las manos. Y las normas son para todos, para vencedores o perdedores, para superestrellas y para jugadores mediocres. La superioridad no se demuestra violando las reglas obligatorias para todos, sino en el marco de ellas obteniendo la victoria. Así y sólo así, desde un punto de vista de la Humanidad, podría repetirse como el Che aquello de: ¡Hasta la Victoria, siempre!“
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