¿Vuelve Aznar?

Aznar ya es doctor “honoris causa” por cinco universidades extranjeras: la Internacional de Florida, la Católica del Sacro Cuore de Milán, la peruana de Ciencias Aplicadas, la Francisco Marroquín de Guatemala (la misma que ha invitado a Víctor Gago) y la de Santiago de Chile. Además cuenta en su vitrina con las medallas de oro de la Universidad de Georgetown, del Queen Sofía Spanish Institute y de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura. También fue nominado para recibir la Medalla de Oro del Congreso de EE.UU, pero esa no cuenta en su curriculum: su Gobierno pagó 700.000 dólares (275 millones de las antiguas pesetas) a la empresa Piper Rudnick para que gestionara su concesión, aunque finalmente Zapatero se negó a sufragar la parte del contrato que quedaba pendiente cuando llegó a la Moncloa.

Pero tras el fichaje de María San Gil, los mentideros de la Villa y Corte ya especulan con el eventual escenario: ¿regresará Aznar para defenestrar a Rajoy como hizo aquel dimitido Fraga con el “fiasco” de Hernández Mancha?. El PP acumula ya tres derrotas (dos generales y unas europeas) y los analistas prevén que 2009 añada otras tres más (gallegas, vascas y de nuevo europeas). ¿Puede un líder presentarse en 2012 con 6 frustraciones electorales seguidas a sus espaldas? Aznar tardó 7 años desde su nominación en alcanzar la Moncloa y la derecha económica no puede estar esperando eternamente a que la victoria le caiga del cielo.

Tendría cierta gracia comprobar que si es cierta esta hipótesis, los “barones” del PP más significados con Rajoy tendrían que hacer malabarismos para reposicionarse de nuevo a la vera aznariana. Ni pensar quiero qué le ocurriría a José Manuel Soria con un Aznar que se llevara a Genova 13 a María San Gil. O que a la poco diligente jefa de prensa del PP, Carmen Martínez Castro, la sustituyera Víctor Gago por sugerencia de Jiménez Losantos. Habrá que recordar para los desmemoriados que la tumba de Fraga en la antigua AP fueron unas elecciones vascas y que si Aznar regresa, no lo hará para quedarse sino para designar un nuevo líder. En aquel entonces, el “patrón” eligió a Isabel Tocino -hoy sería la madrileña Esperanza- pero los “barones” se conjuraron para imponerle una alternativa. Entonces ésta era castellano-leonesa y se llamaba Aznar pero... ¿qué presidente autonómico alcanzaría hoy ese consenso? ¿Herrera el vallisoletano? ¿el riojano Sanz? ¿Valcárcel murciano o el valenciano Camps? No hay más cera que la que arde y Aznar será la solución, pero también el problema. Y mucho me temo que Rajoy va a ejercer ?hasta donde le dejen? como una suerte de Adolfo Suárez que, habrá que recordarlo una vez más, fue vampirizado sobre todo por la extrema derecha y por el tradicional cainismo interno conservador.

Federico Utrera