Esa primera y atemperada respuesta de Rivero ya hacia presagiar una andanada feroz en el turno de contrarréplica, como es costumbre parlamentaria, así que el portavoz socialista, que también maneja los efectos de Teobaldo Power, volvió a la carga para terminar sugiriendo al presidente que se desprenda de su vicepresidente porque “no se ocupa de los problemas de los canarios” (...) “ni representa al Estado en Canarias”. Y ahí en maldita hora se desbocó Paulino: “La acusación más grave [contra el Estado de Derecho] que se ha hecho, no solamente en Canarias, sino que se ha hecho en el Estado español en los últimos tiempos es la que ha hecho el portavoz de su grupo parlamentario [a la sazón Santiago Pérez], que ha acusado de prevaricación a una magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Canarias. ¡Esa es la acusación más grave que se ha hecho en España a lo largo de los últimos tiempos!” ¿A qué acusación se refería concretamente Paulino Rivero? Es fácil de encontrar en el mismo Diario de Sesiones, pero unas páginas más adelante, concretamente en la 18, cuando lo explica el muy mentado Santiago Pérez.