La metedura de pata de Rita Martín confirmando que se siguen otorgando camas de las excepcionalidades de la moratoria turística mientras hay miles sin desarrollar, no hace otra cosa sino confirmar lo que en este periódico hemos venido diciendo en muchas ocasiones. De entre esas 7.000 y pico mil camas (otra vez sic) que se le escaparon a este portento de consejera, se encuentran más de 1.200 que tenía la urbanización Anfi Tauro en 2005 pendientes de desarrollar, a las que hay que sumar las 1.300 que le fueron concedidas graciosamente por el Parlamento de Canarias en 2007 tras aquella tramitación con salmón que hizo Soria en el Cabildo de Gran Canaria y Berriel desde su teléfono móvil echando humo. Nos podemos imaginar la alegría que se estará llevando el vicepresidente del Gobierno en estos momentos al comprobar, una vez más, que a cualquiera no se le puede dar un cargo de responsabilidad política. Nosotros pensamos lo mismo, pero por otros motivos distintos a la imprudencia verbal, que en este instante agradecemos.