Crispación sigue habiendo, al menos en cuestiones más domésticas, como la temperatura del aire acondicionado del salón de plenos del Parlamento de Canarias. Los socialistas son más sofocones, por lo que parece, porque diputados como Blas Trujillo, Julio Cruz u Olivia Estévez manifestaron su satisfacción y alto grado de confort con la baja temperatura que reinaba en el hemiciclo. Por contra, en los bancos pro-gubernamentales, José Manuel Soria, Águeda Montelongo o Australia Navarro, se quejaban de que la climatización les afectaba en sus vías respiratorias. El presidente de la Cámara, Antonio Castro Cordobez, lo resumió públicamente durante la intervención de la portavoz popular: “Es que hay personas a las que les sienta y personas a las que no les sienta”. Para, acto seguido, y ante el desvanecimiento de voz sufrido por la señora Navarro, ofrecerle una infusión que le permitiera calentar los conductos. Tanto le dieron al interruptor de apagado y encendido del aire acondicionado, que el invento terminó por descuajeringarse. Lo que significa que salió ganando la mayoría parlamentaria. Ahora, a repararlo.