Es buen alcalde el de Agüimes, Antonio Morales, que se ha ocupado los últimos años de modernizar ese municipio y ponerlo a la altura de un pueblo del nuevo siglo. Ha sido noticia por experiencias piloto que pueden ser discutibles, como la del mal llamado toque de queda juvenil, pero por lo menos se ha atrevido a abrir un debate que mucha gente considera interesante y necesario. Pertenece Morales a una formación local, Roque Aguayro, integrada en Coalición Canaria. Con ambas dos lleva siendo alcalde un montón de años. Y el cansancio, la falta de reflejos y el callo que produce el bastón de mando empiezan a hacer mella en él. Quizá haya que inscribir en esa rutina del poder y la autoridad los insultos que nos dedicó este jueves en un periódico de papel (2) a raíz de nuestras informaciones acerca de los bingos clandestinos en Gran Canaria, y más concretamente en su municipio. Reproduciendo lo contenido en informes oficiales, más concretamente del Gobierno de Coalición Canaria, y reproduciendo lo recogido en las actas de una sesión del Parlamento de Canarias, tuvimos el atrevimiento de publicar este miércoles que concejales de Agüimes han arropado la referida actividad clandestina en un club de igual rango en el barrio de Arinaga. No introdujimos un solo juicio de valor, ni quitamos ni añadimos coma alguna. Es más, incluimos matizaciones recogidas por nosotros en medios oficiales para aclarar esa implicación al máximo, siempre según el organismo investigador, la Consejería de Presidencia del Gobierno de Canarias. Pero nada, al alcalde no le gustó la información porque no le consultamos, porque nos inventamos los informes y porque somos un “panfleto amarillo y sin escrúpulos” (...) “al servicio de un partido político”, el PSC. No está mal para un alcalde de tan arraigados principios morales y democráticos.