Andrés Montiel dijo enterarse por un periodista de CANARIAS AHORA la tarde de este jueves cuando le telefoneamos para que nos contara cómo estaba viviendo la detención de su número dos. “Me está dejando de piedra”, afirmó. No le creimos, la verdad, pero cada uno es muy libre de manifestar sus sorpresas ante una noticia como crea más conveniente. Montiel desmintió vinculación personal o profesional con John Palmer más allá de los referidos servicios prestados por la empresa de la que dijo ser solamente “un directivo”. Y aseguró desconocer los motivos verdaderos por los que el detenido Domenico Di Giorgio abandonó la lista y hasta la militancia en el PP. Sí recordaba, sin duda, aquel congreso insular del PP, celebrado en Adeje en 2008, cuando ejerció de eficaz anfitrión por decisión de la presidenta insular, Cristina Tavío, cuya familia tiene la inmensa mayoría de sus negocios en la costa sureña de Tenerife. Fue en aquel congreso en el que Tavío se enfrentaba a Ángel Llanos, entonces apoyado por Soria para relevar sin éxito a la presidenta insular, y fue aquel congreso en el que el tesorero del PP afeó a Tavío la estrafalaria manera de llevar las cuentas con apuntes que luego afloraron en el llamado Bragagate, archivado por la justicia con un par. La euforia de Montiel, que acabó siendo elegido miembro del comité ejecutivo insular, le traicionó en el discurso de bienvenida, en el que arremetió contra los compromisarios que anunciaban su apoyo a Llanos hasta el punto de llamarlos “guanajada de culi chichis” y recomendarles que abandonaran el PP si no estaban dispuestos a votar en favor de la que finalmente resultó reelegida presidenta insular del partido.