Teníamos alguna sospecha sobre las razones que estaban motivando que el PP canario no quisiera volver a presentar a Pepa Luzardo a la alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria. Chanchullos como los del Canódromo o el solar de Pavía, dispendios de nueva rica como La Gran Marina, enchufes de amistades y personas piadosas en la plantilla municipal o sentencias judiciales ruinosas para las arcas municipales creíamos que eran el origen del veto. Pero hay más motivos, quizás vinculados a sus capacidades políticas. Porque si toda su experiencia municipal, como alcaldesa que fue y aún ahora con portavocía compartida con Felipe Afonso (otro cerebro), es la que aparece plasmada en la penúltima solicitud dirigida al alcalde, la conclusión es que esta mujer no ha aprovechado el tiempo ni lo va a aprovechar en el futuro. Porque sepan que Josefa Luzardo presentó el pasado lunes un escrito en el que, “atendiendo al derecho de acceso a la información que como corporativo nos asiste, le ruego que en el menor plazo de tiempo posible nos facilite el importe total del gasto generado en el tarjetón de invitación de la procesión de Nuestra Señora Virgen de la Luz celebrada el el 17 de octubre del actual”. Toma ya alta política.