Le ha costado lo suyo a Miguel Ángel Ramírez convencer a La Caja de que permitiera renovar abonos de la UD Las Palmas en sus 153 oficinas repartidas por el Archipiélago y la Península. Tanto, que tardó La Caja una semana en desatascar el fonil en que había caído el ritmo de renovaciones por abrir sólo su Oficina del Abonado en el Estadio de Gran Canaria de cinco a ocho de la tarde y pare usted de contar que hay que pagar horas extras al personal. El ritmo, incluso antes de que el miércoles ya se pudiera renovar en cualquier sucursal, ha ido in crescendo a pesar de La Caja: 550 abonos en cuatro días de la semana pasada y otros 1.228 hasta el jueves. Con paciencia, eso sí. Este viernes, además, con el atractivo de la visita del Atlético la cola en la Oficina auguraba que no se iba a cerrar a su hora. Todo un detalle por parte de La Caja, que, con su talante de siempre, ha hecho oídos sordos a la petición de abrir precisamente el día de más afluencia, este sábado del partido ante los colchoneros. De diez a una de la tarde y de cinco hasta el pitido inicial se despachan entradas pero, lo que necesita el club, abonos y acciones, nada de nada. Pues buen fin de semana, oiga. Por cierto: la semana se cerró este viernes con otros 342 abonados que suman 2.120 en total. No está nada mal.