El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
No son casualidades, es estadística
El destino , que es muy puñetero (casualidades las llamó el alcalde) quiso que dos mandatos después de aquel en el que se propició el pelotazo del Canódromo, el concejal de Urbanismo de entonces ocupe ahora el despacho de la alcaldía de la misma ciudad. El mismo destino que ha querido que, entre el convenio y la imputación al alcalde haya estallado otro escándalo que afecta directamente a la misma empresa inmobiliaria y al mismo partido, el PP: el caso Lifeblood, nombre de la empresa filial de Inprocansa, beneficiada en el Canódromo, que protagoniza otra golosa operación, la del concurso de la hemodiálisis, con los intereses públicos arrastrados miserablemente por los suelos. Por mucho que diga el alcalde, nada de esto es casualidad. La concurrencia de escándalos del PP en el Ayuntamiento de Las Palmas o allí donde ha tocado poder real (Gobierno de Canarias, ayuntamientos de Telde y Mogán, etcétera) hace que las posibilidades de que la Justicia meta mano a alguno de ellos se multipliquen exponencialmente. Casualidad sería que algunos de los individuos públicos que todos conocemos pagara con su patrimonio el quebranto provocado al patrimonio común, que Cardona o Soria indemnizaran a los vecinos de Schamann por el daño que les han infligido por el pelotazo del Canódromo, en lugar de amenazarlos con demandarlos por la denuncia que provocó la declaración más larga de la historia de un político canario ante un juez.
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