Desde Nueva Canarias dicen que el autor intelectual de la orden de ejecución y aislamiento de ese partido es Paulino Rivero, pero desde el interior de Coalición Canaria aseguran que se trata de una decisión personal e intransferible del presidente de esa formación en Gran Canaria, Fernando Bañolas. Ni lo confirmamos ni lo desmentimos porque tenemos datos contradictorios. Bañolas fue, en su etapa de alcalde de Guía, el que más puentes tendió con el partido de Román Rodríguez para retomar la reunificación nacionalista. No tuvo éxito, sin duda. Ahora, con la responsabilidad de CC sobre sus espaldas ha cambiado aquel discurso de la unidad por el de la asfixia, y en la campaña electoral trató con éxito de marcar al máximo las distancias. En su entorno le han dicho que la mejor manera de atraer a los escindidos hacia la casa madre es apretándoles hasta la mismísima extenuación, y por eso no ha autorizado ningún pacto que incluya a Nueva Canarias. Los dos ejemplos más emblemáticos son el Cabildo de Gran Canaria y el Ayuntamiento de Telde, a los que se añade la ofensiva contradicción de La Aldea, donde los suyos han hecho alcalde nada menos que al hermano de Román Rodríguez.. En el Cabildo y en Telde ha entregado el poder al principal adversario electoral de CC, el PP, con el agravante teldense de poner de alcaldesa a una mujer acusada formalmente de corrupción sólo pendiente de juicio. Algunas voces autorizadas de su partido le piden un poco de reflexión y que estudie reconducir lo que todavía puede ser reconducido. Que a veces las reunificaciones pueden venir desde el buen rollito.