Esa es una de las preguntas más recurrentes entre los expertos del mundillo audiovisual canario, sorprendido este viernes por el contraste entre el éxito de la huelga de los trabajadores de Videoreport y la escasa incidencia que esa medida ha tenido en la parrilla de la programación. El secreto está en el control de continuidad, el embudo por el que entran y salen todos los programas y las señales internas y externas, una mesa que es el alma de las televisiones y que adquiere una importancia vital cuando se producen conflictos laborales. Ha habido huelgas, como las de Telemadrid o TV3, que han derivado en un explícito negro en la pantalla de los televidentes. En el caso de la Televisión Canaria, como consecuencia del modelo de gestión que tiene adoptado, la continuidad está radicada en las dependencias de la productora adjudicataria de los informativos, actualmente Videoreport. Pero, qué ha ocurrido en esta ocasión para que la señal no sólo no haya desaparecido por la huelga en Videoreport sino que la incidencia sólo se haya apreciado en una reducción en la calidad y duración de los boletines informativos? El secreto está en la continuidad.