Siempre se dan situaciones en las huelgas que terminan volviéndose en contra de las partes. En la de los trabajadores de Videoreport ha habido posturas de la empresa que son inadmisibles, como no solicitar servicios mínimos, impedir la entrada o salida de los trabajadores a sus puestos de trabajo o despreciar la negociación haciendo imposiciones de fuerza. Pero los trabajadores también han cometido errores, y algunos de ellos no tienen pase alguno. Lo que han hecho con el director de Producción de Televisión Canaria, Rubén Fontes, ha rebasado todos los límites de la crítica profesional o sindical para introducirse en el terreno del insulto, la agresión y la intromisión en su vida privada y familiar. Fontes, al que no cabe atribuirle responsabilidad alguna en el conflicto, ha estado más veces cercano a las posturas de los trabajadores que a las de la empresa, y si algo cabe atribuirle en el conflicto es tratar de hacer su trabajo garantizando la emisión de la cadena pública. Las barrabasadas escritas sobre él en el blog de los trabajadores o los insultos y escupitajos que le han lanzado en la calle, no son en absoluto justificables, ni siquiera en el fragor del conflicto.