Efectivamente, un reponedor de mercancías en un hipermercado fue utilizado por el entorno del señor Reyes para meter en un lío sin precedentes a tres emisoras de radio en Telde a las que denunció por un delito contra la propiedad intelectual de cuya existencia nada sabía el denunciante antes del momento mismo en que se sentó ante la Guardia Civil de Guía. ¿De Guía? Sí, de Guía, quizás porque este ciudadano de 24 años, de apellido Alemán, desconocía que en la ciudad de Telde está desplegado el Cuerpo Nacional de Policía, por lo que prácticamente fue llevado en volandas a la ciudad norteña para que desde allí se iniciara lo que de momento ha concluido con la imputación de la juez María de los Ángeles Zabala por un presunto delito de prevaricación judicial y otro contra derechos fundamentales. ¿Y quién había en Guía que pudiera activar de un modo tan apasionado esa denuncia por delito contra la propiedad intelectual? Pues nada más y nada menos que otro Alemán, un agente del instituto armado que forma parte de una Patrulla Fiscal llamada Pafite que es la que pide a la juez Zabala que les deje entrar y registrar Canal Telde, Radio Cibelio y PCL Radio. Y la juez Zabala, por supuesto, acepta de inmediato la petición, y les dice que intervengan y precinten para que no se siga emitiendo. Justo, justito, lo que quería la radio de Guillermo Reyes, la que acaba de quedarse fuera del concurso de licencias que quería vetar a sus competidoras.