Del contenido del acta de la Reper se deduce rápidamente una conclusión muy grave: la Autoridad Portuaria de Las Palmas está en manos de un auténtico irresponsable, de nombre José Manuel Arnáiz. Ya no esperamos que Adán Martín lo destituya fulminantemente, porque no es presidente para tanto, como ha acreditado. Lo que toca ahora, si Arnáiz tuviera un mínimo de dignidad, es dimitir inmediatamente. Los funcionarios comunitarios lo dejaron en evidencia, a él y al secretario general de la Autoridad Portuaria, Ángel Cervantes, que también tuvo un par de columpiadas memorables ante la Reper. Por culpa de Arnáiz y de quienes le han alentado, la Autoridad Portuaria, el Ayuntamiento de Las Palmas y el Cabildo de Gran Canaria corren el peligro cierto de perder ayudas europeas y préstamos del Banco Europeo de Inversiones. Y lo peor es que antes de plantarse cínicamente en Bruselas, Arnáiz lo sabía porque para eso conoce el expediente de revisión de oficio que le han abierto sus jefes desde el Ministerio de Fomento. Los que le quieren sentar en el banquillo por presunta prevaricación.