Soria es un político excesivo, y como tal es capaz de protagonizar las situaciones más extremas. Lo mismo se pone ñoño y melancólico ante un juez al que le está soltando la trola más grande del día, que empieza a echar espuma por la boca para dirigirse al director general de Editorial Prensa Canarias, Guillermo García-Alcalde. Efectivamente, el pasado día 13, con ocasión de la inauguración de la nueva sede de Canarias7, Soria se dirigió a él en un tono bastante incorrecto. García-Alcalde charlaba con Pepa Luzardo y Felipe Afonso El Jaber, ambos del PP, cuando los tres vieron acercarse haciendo aspavientos nada menos que al vicepresidente del Gobierno. “¡Qué decepción!, Guillermo, qué decepción!”, vociferaba unos metros antes de integrarse en el grupo. “¿Qué te pasa?”, le contestó asombrado el destinatario de tales reproches. Y ahí fue cuando Soria echó fuera todo el veneno que había ensolerado después de varios días de cabreo.