Uno de los puntos de parada de la visita de la consejera a Mogán fue en Puerto Rico, donde en estos momentos Costas procede al derribo de los kioskos asentados por las bravas en primera línea de playa. Allí mismo, junto al derribo y su maquinaria, los dueños insisten y colocan mesas y sillas para seguir atendiendo a la clientela en el único plan que saben hacer, instalados en el cutrerío. Y sin que la autoridad competente (es un decir) actúe de la manera que se espera de ella. Los empresarios, en la comida, en Riosol, se lo dijeron clarito a la consejera: menos moratoria y más desarrollar y aplicar la Ley de Turismo, que entre otras cosas castiga a los intrusos y caraduras. Y de paso, revisar la normativa de unidades de explotación y la Ley de Arrendamientos Urbanos en zonas turísticas, que es un coladero.