El tercer municipio del que queremos ocuparnos este fin de semana por las trapisondas permanentes en que se haya instalado es Mogán, esa pequeña Venecia que gobierna en plan aspirante a virrey nuestro Paquirrín González. Desde que el caso Góndola hiciera aflorar cochinadas diversas, no han parado de aparecer episodios que engrandecen cualquier sospecha. Ahí tienen, por ejemplo, el decaimiento del Plan General de Ordenación, que ha dejado al grupo de gobierno del PP con los glúteos in the air sin posibilidad de dar cobertura legal a lo que Góndola hace bullir en un juzgado de Maspalomas. Pero, además, esa basurización del planeamiento tendrá sus consecuencias políticas inmediatas. El Partido Socialista piensa trabajar en agosto, o al menos un par de despachos jurídicos que conocemos. Sabe el PSOE que hay tela que cortar y llevará el asunto al Parlamento en otoño, asunto del que ya se ocupa el lanzaroteño Manuel Fajardo Palarea. Ya saben que el alcalde no quiere comisión de investigación municipal (llegó a decir en el pleno del pasado lunes que los técnicos del Gobierno son unos ineptos), para ir al fondo del pufo del Plan General, pero los convenios para su redacción, con Gesplan e Ingeniería Técnica Canaria, afectan también al erario público autonómico.