Fea y mafiosa táctica la empleada este martes por don Pepito, el editorialista más dicharachero de Barrio Sésamo. Ante el juicio que por intromisión ilegítima en su derecho al honor tendrá este viernes contra el director de CANARIAS AHORA, Carlos Sosa, ha decidido marcarle el camino correcto al juez que ha de dictar sentencia, ponerle la cabeza de un caballo en la cama para que sepa a qué se enfrenta. Para ello nada mejor que publicar un editorial en el que directamente, sin ningún tipo de prevención, ha llamado prevaricadoras a dos magistradas que ejercen en Canarias que han tomado resoluciones que al dueño de El Día no le han gustado por serles contrarias a sus pretensiones. Para adornar sus diatribas ha llegado a pedir que ambas juezas sean expulsadas de la carrera judicial con el mismo escarnio con el que el Consejo General del Poder Judicial ha expulsado a Baltasar Garzón tras su condena de once años de inhabilitación precisamente por prevaricación en el caso de las escuchas de la trama Gürtel. Suponemos que al juez le habrá llenado de tranquilidad de espíritu conocer con antelación suficiente a qué se arriesga si tiene la osadía de desestimar la demanda interpuesta por don Pepito por llamarle precisamente así, don Pepito, como le conoce todo Tenerife y medio resto del Archipiélago. Feo, feo.