La primera contribución a los nuevos tiempos que pregona el candidato Rivero la tuvo este martes con la primera de las leyes con las que amenaza: un proyecto de Ley de Participación Ciudadana. De ese anuncio empezó el candidato a colgar de modo lastimoso una serie de medidas que él dijo que van encaminadas al buen Gobierno y a mayores niveles de control del Ejecutivo que salga este miércoles del Parlamento. No tardaron las bífidas lenguas de los consagrados periodistas parlamentarios en recordar que la esposa de Rivero, Ángela Mena, fue asesora de participación ciudadana en Presidencia del Gobierno esta pasada legislatura, y que en casa él sabrá asar muy bien los pollos, pero o me pones la ley de participación, o te va a pelar las papas tu tía.