No aportó muchas cosas nuevas la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, en su comparecencia en la comisión correspondiente del Congreso de los Diputados para informar sobre el accidente. No sabemos si porque no quiso o porque, como aparentaba, no sabía más de lo que dijo. La novedad sobre la intención frustrada de Spanair de cambiar en el último momento el avión tras la avería detectada en un sensor no parece ser especialmente decisiva si se confirma que se trata de una rutina que se activa cuando un avión regresa al finger a repasar algún defecto detectado. Muy interesantes el tono, el contenido y la intencionalidad de la portavoz del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, que desmontó cualquier tentación de aplicar viejas tácticas de crispación al estilo que pareció marcar el otro día Rajoy desde Vigo. Desentonó, sin embargo, el portavoz socialista, Salvador de la Encina, que acudió con la escopeta cargada y le estallaron los cartuchos en la cara.