Sigue dándole vueltas al expediente del caso Roldós, el de la adjudicación de la hemodiálisis a Lifeblood, el consejero de Sanidad, que ha dicho a los periodistas que a él no le consta todavía que el PSOE lo haya pedido por el conducto parlamentario. Una estratagema bastante absurda, a la par que burda y sospechosa, nos adelantamos a manifestar, porque un político que presume de tanta transparencia ha de tener por suficiente conocer por los medios de comunicación que la publicidad al expediente no sólo ha sido solicitada por la Cámara, sino que es un clamor ciudadano que debe atender se ponga como se ponga su secretaria general técnica. Pero, a mayor abundamiento, ¿cómo es posible que el consejero Bañolas declare que aún no ha recibido comunicación del Parlamento cuando el pasado viernes tuvo entrada en su consejería un nuevo requerimiento del PSOE que, ante el vacilón, amenazó con constituirse en Sanidad para ver el expediente in situ, en aplicación de las atribuciones que le otorga el reglamento del Parlamento? Porque fue a raíz de recibir ese escrito cuando Bañolas telefoneó a Spínola para decirle que le daría el expediente este martes. Y no lo hizo.