Tanto fue el cántaro a la fuente que acabó reventado contra el suelo. Este martes se ha sabido que la Fundación Canaria par el Desarrollo Social (Fundescan), adscrita a la UGT canaria, ha decidido acudir a un concurso voluntario de acreedores que probablemente llevará consigo un expediente de regulación de empleo para sus 160 trabajadores, que llevan algunos retrasos en el cobro de sus nóminas. Una iniciativa nacida en 1996 con el objetivo de formar y orientar profesionalmente a los trabajadores canarios, hace ahora aguas por todas partes por la confluencia de dos factores determinantes: la pérdida de ayudas públicas y una gestión cuanto menos inadecuada que convirtió a Fundescan en una especie de cajón de sastre con cuyos presupuestos se cubrían costes insoportables. Los trabajadores ya buscan afanosamente un par de abogados laboralistas capacitados y con arrestos para plantar cara a todo un sindicato como la UGT.