Los promotores del Mercado Agrícola de Gran Canaria consideran que se trata de una iniciativa meramente simbólica. Porque es cierto que tan sólo 42 puestos ni representan a toda la agricultura local ni deberían poner nerviosos a los intermediarios ni a los comerciantes de la cuestión. Son una pequeña representación de ese 15% de producción local que acompaña a esa ingente cantidad de productos agrícolas que se importan para llenar la cesta de la compra, pero su gesto está causando furor. Unas 3.000 personas acuden dos veces al mes a la Granja de Bañaderos a comprar directamente al agricultor o a sus cooperativas. Ellos, los productores, ganan un poco más de lo que les paga el intermediario, y el consumidor se ahorra entre un 30 y un 40%. Y con una calidad difícilmente superable.