Continúan como concejales del grupo de gobierno de Arrecife dos de los principales imputados por corrupción de la operación Unión, Ubaldo Becerra, de los Becerra de toda la vida, y José Miguel Rodríguez, ese impagable funcionario que un día quiso tener poder para coger maletines. Ambos dieron su voto a Cándido Reguera para convertirlo en alcalde, lo que constituyó la primera transgresión del recién aprobado código ético del PP. No pareció importarle a Reguera, que debe ser de esas personas que considera que hay ciertos hábitos políticos que no deben ser condenados, ni por dios ni por los hombres. Como, por ejemplo, pedir favores a concejales adversarios, como hizo él mismo ante José Miguel Rodríguez el 15 de mayo de 2009. Según el sumario de la operación Unión, Reguera pidió al menos dos gestiones a Rodríguez, entonces concejal de Hacienda y Urbanismo.