Es verdad lo que nos vienen contando los funcionarios de la Comunidad Autónoma: es una fuente que no viene en los programas comunes de autoedición, por lo tanto, hay que comprarla. Dice Valladares que él pagó por la licencia 160 euros para los ocho ordenadores de su empresa. Pero no, vale más: 210 euros más impuestos, lo que coloca el asunto en 251,2 para ocho puestos de trabajo. Si al Gobierno se le ocurriera adquirir la licencia de la dichosa Le Monde Courier, tendría que pagar 2.009,3 euros (impuestos incluidos) por cada 500 ordenadores donde se instalara esa fuente. Los funcionarios están escamados porque creen que con esta limitación se les impide poder actuar sobre la papelería oficial cada vez que haya algún cambio en el organigrama, cosa que, por otra parte, aquí sucede con mucha frecuencia. ¿Y la solución? Pues leamos el pliego del concurso.