Resulta que la victoria de mayo en Pájara no ha servido para que el Ayuntamiento que preside Rafael Perdomo, con Blas Acosta de hombre fuerte, ponga en marcha proyectos de infraestructuras diseñados, algunos ya sobre el papel y otros a medio hacer. Se trata de proyectos en los que intervenían -cada uno con sus perras- el Gobierno de Canarias, el Cabildo de Fuerteventura y el propio Ayuntamiento del Sur de la Maxorata. La oposición a Blas ya tiene constancia de que va a ser casi una quimera convertir en realidad actuaciones como la piscina de Morro Jable o terminar la Ciudad Deportiva de Costa Calma. Y todo porque la parte contratante de Pájara no puede cumplir con la carga económica que le corresponde. Que bastante tiene con llegar a final de mes y que el servicio de limpieza, por poner un ejemplo, no le monte una huelga en plena playa.