Este viernes fue detenido en la isla de Fuerteventura un hermano del consejero de Empleo y Asuntos Sociales del Gobierno de Canarias, Marcial Morales. La noticia se conoció desde por la mañana gracias a un desgraciado despacho de Europa Press convenientemente enviado por una mano inocente a una emisora de radio de Las Palmas que no dispone del servicio de esa agencia de noticias, miren por dónde. El despacho cayó en buenas manos, es decir, justo en las más adecuadas para que la noticia se transmitiera de la manera más rápida y dañina para el político y para la profesión periodística. Para el político porque, además de la afección familiar, se trataba de dañar su imagen; y para la profesión periodística, pues eso, lo de casi siempre. El hermano de Morales, Pedro, fue detenido acusado de un presunto delito que cometió o instigó (extorsionar a un empresario), pero que nada tiene que ver con la posición o filiación política de su hermano Marcial, ni aprovechando esa situación de cargo público de un pariente. Por lo tanto, titular una noticia de este tipo con el elemento de que el detenido es hermano de un consejero del Gobierno tiene su aquél. Pero es más, a lo largo de la información se destaca también la condición de otro de los detenidos, un empleado de Pedro Morales, de nacionalidad ecuatoriana, con lo que se trataba de transmitir algo de confusión acerca de la posible irregularidad del inmigrante. Un ciudadano que, miren por dónde, parece que tiene todos sus papeles en regla. ¿Quién envió el fax a la emisora? ¿Qué mano inocente lo esperaba para emitirlo inmediatamente? ¿Quién filtró la noticia destacando como hechos relevantes lo que se destacó como hechos relevantes? ¿Quién movió convenientemente la noticia entre las redacciones para tratar que fuera resaltada? Hay que leer con más atención la pastoral dominical de José Manuel Soria. Da muchas pistas.